l Premio Nobel de Medicina de este año fue otorgado al sueco Svante Pääbo, investigador especializado en la evolución humana del Instituto Max Planck de Leipzig”, según anunció el Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia.
Los hallazgos de Pääbo en torno a los secretos del ADN neandertal brindaron información sobre nuestro sistema inmunológico, incluida la vulnerabilidad al covid-19 grave. Las teorías que encabezó permitieron a los investigadores comparar el genoma de los humanos modernos con el de los otros homínidos, tanto los denisovanos como los neandertales.
Pääbo y su equipo también encontraron que el flujo de genes se había producido desde los neandertales hasta el Homo sapiens, lo que demuestra que tuvieron hijos juntos durante los periodos de coexistencia. El genetista y su equipo lograron extraer ADN del pequeño núcleo de un dedo encontrado en una cueva en Siberia, lo que llevó al reconocimiento de una nueva especie de humanos antiguos a los que llamaron denisovanos. Según Ana Wodel, presidenta del Comité Nobel, al mismo tiempo lo consideró un descubrimiento sensacional que mostró que los neandertales y los denisovanos eran grupos hermanos que se separaron hace 600 mil años
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En México, Emilio Rosenblueth, nuestro genial especialista en subsuelo, temblores y razas culturales, recibió el Premio Príncipe de Asturias hace 20 años, y sus reflexiones acerca del tema lo pusieron en la mira de ganar el Premio Nobel.
Reflexionaba don Emilio: “Diversos autores han subrayado el paralelo que de nueva cuenta a lo largo de este escrito publicado por El Colegio Nacional ha emergido entre evolución cultural y evolución biológica.
“Este paralelo invita a introducir un concepto de índole cultural que desempeñe la función que tiene el gen en la evolución biológica. Dawkins ha sugerido que se le denomine mem por su etimología. Un mem, entonces, es un elemento cultural estable a través de varias generaciones que determina alguna forma de comportamiento. Un mem puede ser una creencia, una frase, el ser tímido, el uso de una droga o un baile regional que se transmite por contacto cultural, sin tener que esperar una generación entera, y se propaga en números muy superiores a los que corresponden a un gen.
“Así como podemos decir que nuestros cuerpos son máquinas construidas y programadas por genes para perdurar, podemos afirmar que nuestros cerebros son máquinas construidas por los memes con igual finalidad.
“El símil se lo concedo, más forzado que en el caso de los genes, pero tiene utilidad en el esquema para facilitar nuestro entendimiento de la evolución cultural viéndolo desde un ángulo distinto del acostumbrado.
“La liberación de genes y memes puede ser significativa. Por ejemplo, se ha encontrado que diversas células del cerebro actúan en diversos niveles de complejidad, las hay que responden a estímulos tan sencillos como las sensaciones; las hay que reaccionan a percepciones completas y hay otras mucho más complejas que se asocian a patrones de comportamiento social.
Las respuestas que emiten estas últimas dependen del contexto en que reciben los estímulos; sin duda, la aparición en el cerebro y su evolución están ligados a nuestra evolución como seres gregarios.
La acción de un mem de la clase más compleja es función del contexto social y del contexto de los demás memes en que se halla. De igual manera un dato cobra relevancia en función del contexto en que se presenta, y su significado depende de este contexto.
El escrito está tomado del libro Razas culturales, de Emilio Rosenblueth, de El Colegio Nacional.
Ojalá tuviera más difusión, porque es un libro apasionante y habla del gran talento del ex director del Instituto de Ingeniería, subsecretario de Educación Pública y un currículo impresionante.