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¿La fiesta en paz?

El próximo sábado que triunfen la bravura, la inteligencia humana y la fiesta, dice el ganadero de Piedras Negras, Marco Antonio González

L

os taurinos se siguen haciendo bolas, por decir lo menos, y su falta de afición y de pasión les impide reconocer que sólo mediante la bravura de las reses y de los toreros se puede conseguir la manida reactivación de la fiesta de toros en México. Mientras tanto, no falta la plañidera animalista que intenta conmover en las mañaneras porque ha visto de cerca el sufrimiento de un animal de lidia. Como el familiar que le insiste a un ser querido que se tome algo para mitigar el dolor pero desde su perspectiva, no de la del afectado. Así los compasivos falsos que pretenden trasladar sufrimiento y dolor humanos al ámbito animal, por aquello de sus derechos, no de su conciencia.

El próximo sábado 15 de octubre la Plaza Monumental Rodolfo Rodríguez El Pana, de Apizaco, Tlaxcala, se convertirá en el centro mundial del toreo al llevarse a cabo una doble hazaña histórica: la celebración de los 150 años de la ganadería de Piedras Negras −las prestigiadas las piden los diestros comodinos que figuran− y los 25 años de alternativa de Uriel Moreno El Zapata, en una privilegiada suma de tlaxcalidades que mucho honra la sólida tradición taurina de ese estado, sin politicastros que toman a la fiesta de toros como rehén.

Con motivo de tan singular acto, en días pasados se llevó a cabo en la Ciudad de México una tertulia titulada Rumbo a la hazaña monumental, con la participación del ganadero de Piedras Negras, Marco Antonio González Villa, el matador Uriel Moreno El Zapata, el inteligente aficionado José Enrique Vidal, el incansable promotor taurino Luis Mariano Andalco y, en un gesto conmovedor por parte de ganadero y torero, el tal Páez, al que ya no convocan ni sus acreedores por andar señalando la lamentable gestión taurina de los actores de la fiesta.

¿Por qué El Zapata para esta conmemoración?, pregunto al ganadero de Piedras Negras, y responde: “Porque no se ha dormido en sus laureles, por su permanente apuesta de ir siempre a más con ansias de novillero y madurez de torero auténtico que evoluciona cada tarde; porque ha sabido triunfar con toros de la casa incluso con indultos, porque hay una amistad de muchos años, porque sabe a lo que va, mentalizado, con conocimientos y convicción; porque tiene muchas probabilidades de éxito; porque con pundonor, no con comodidad, Uriel quiso celebrar 25 años de matador y bueno, porque muy pocos se atreven a encerrarse con seis toros de Piedras Negras, por lo menos desde hace 111 años en que lo hizo Luis Freg, al que por algo apodaban Don Valor”.

“Al Zapata le quiero agradecer su amistad, iniciada en vida de mi señor padre, su torería y su voluntad de estoquear seis toros de esta casa ganadera. Se dice fácil pero es una gesta de otras épocas en que primero había que someter al toro, porque la verdadera bravura exige mucha cabeza torera y muchos recursos técnicos para después de dominarlo intentar hacerle fiestas. Este gran compromiso es de los dos, con el firme propósito de que triunfe la bravura, el torero, la inteligencia humana y la fiesta de los toros, tan incomprendida y poco apoyada en estos tiempos de confusiones.

“Hay que recordar −remata Marco Antonio González− que el guardián del campo es el toro bravo y que gracias a éste en Tlaxcala se emitió en 2020 un decreto por el que la ganadería de lidia fue reconocida como reserva ecológica en el estado. No se puede prohibir por simple gusto o personales fobias una labor de siglos y un esfuerzo de muchas generaciones de mexicanos comprometidos con el amor por la naturaleza y la creatividad para honrarla.”