Rostros, miradas, sonrisas, mujeres que caminan despacio por sus casas y jardines, entre sus mascotas, al lado de sus niños, otras más que se recuestan a observar. Un solo protagonista: el silencio.

Así se desarrolló la coreografía experiencial que presentó este domingo la artista performer Aura Arreola (Ciudad de México, 1986) a través de la plataforma Zoom.

Con la colaboración de personas que no se dedican a la danza, la pieza titulada Tan sólo el silencio se construyó con la presencia de quienes quisieron colocarse ante la cámara de los dispositivos con los cuales se conectaron a la sesión, con el único requisito de no hablar, sólo respirar, compartir el silencio.

Arreola es directora escénica, investigadora y se describe como coreógrafa neófita; es cofundadora de la Sociedad de Carne y Hueso y pionera de las experiencias inmersivas en México.

Tan sólo el silencio es un proyecto lleno de incertidumbres. Poco se sabe. La premisa inicial ha sido simple, donar al menos un minuto de silencio, por videoconferencia o videollamada. La primera vez conseguimos 33 minutos de silencio por el mismo número de donadores, explica la directora.

Añade que con la participación de distintas personas interesadas, la propuesta se ha nutrido con sus ideas. Es paralizador intentar arrojar respuestas a esta nueva realidad, lejos estamos de ello; mientras tanto, podemos, acaso, volver imaginables otras relaciones con el mundo, con los otros, con una misma. Atender a las transformaciones o quizá, simplemente, parar, y aprender a escuchar el silencio con humildad.

Hasta la fecha, se han realizado cuatro coreografías experienciales en las que han participado artistas como Erin Wilkerson (desde Estados Unidos), Mariana Arteaga, Mariana Villegas, Daniel Monroy Cuevas, Ana Rivera Uribe, Regina Flores Ribot, Sebastián Solórzano, Guypthysy Aldalai, así como familiares, desconocidos y amigos.

El 22 de mayo, en 11 horas, 33 personas de México y Estados Unidos donaron, una a una, un minuto de silencio. El video se puede ver en https://youtu.be/bRY1cf3JVq0

El 2 de junio se realizó Silence across disputed borders, con Erin Wilkerson, cineasta experimental, quien, al ver la iniciativa del silencio, me propuso grabarnos compartiendo 19 minutos 32 segundos, un segundo por cada niño retenido en la frontera de Estados Unidos y México, recuerda Arreola.

El 10 de junio, los donadores de silencio podían elegir la duración. Se lograron 17 donadores y 82 minutos de silencio.

“Se ha trastocado algo de nuestra intimidad. Se muestra hoy, en rectángulos, un tajo de la cotidianidad del otro. La casa, ese refugio misterioso, pocas veces develado, se expone ahora en su cíclica iteración, respirando, afirmando la diversidad de contextos que habitamos. Tan sólo el silencio es una invitación para habitar el presente con la percepción aguda, la sensibilidad expandida, la memoria lúcida y la imaginación fértil”, concluye la artista, becaria del programa de Creadores Escénicos del Fonca.