En su muestra Nuevas pinturas, montada en un recinto del Centro Histórico, reúne siete obras creadas in situ // ‘‘Ahora la mujer comparte su vórtice de vida’’
Viernes 2 de agosto de 2019, p. 7
La muestra más reciente de Antonio Ortiz Gritón, titulada Nuevas pinturas, lleva el desnudo femenino no sólo a dimensiones monumentales, sino a los terrenos de la deconstrucción y la abstracción.
Esa exposición, que se aloja en Espacio MonCa, en el Centro Histórico, reúne siete pinturas de tres por tres metros en las que el artista nacido en la Ciudad de México en 1953 sigue una premisa del filósofo francés Jacques Derrida.
‘‘Él decía que pintar frente a una mujer desnuda, sin importar lo que se pinte, es el resumen de la creatividad. Consideraba al deseo como el incitador de la creatividad, sobre todo al deseo más primario: la sexualidad”, explica el pintor.
‘‘En el momento en que uno mira a la modelo desnuda ve a la creatividad y la pintura es la representación de esa creatividad. Eso es lo que revelan ahora mis obras, cada una son nueve horas de creatividad.”
Esa serie, realizada in situ en mes y medio –es decir, en Espacio MonCa–, representa la primera vez que Gritón trabaja cuadros de grandes dimensiones y con acrílico, no así el desnudo femenino.
Como base utiliza una combinación de tela cruda pegada a tela estampada con flores que ha usado en otras exposiciones para fabricar pasamontañas al estilo de los zapatistas de Chiapas. ‘‘Hace años hice un cuadro con Gabriel Macotela usando esa misma base; ahora repetí ese ejercicio. Usé las telas de los pasamontañas como un trabajo de continuidad, aunque ahora el fin no es político del todo, sino destacar el nuevo papel de la mujer”, detalla.
‘‘La mujer de ahora ya no es la de centurias pasadas, digamos como la Maja desnuda, que espera en la cama. Ahora es un ser que plática, decidida, que se atreve y que comparte su vórtice de vida”.
El pintor colaboró para esta serie con 20 mujeres y un solo hombre. A cada una de las obras les dedicó tres sesiones de una hora con una modelo diferente y la dinámica consistió en delinear su cuerpo y mezclar los colores no sólo conforme la posición que adoptaban, sino también a lo que le platicaban sobre su vida.
‘‘Sí, hay diferencia de trabajar con un hombre y una mujer desnudos. La más obvia son los genitales, además de que el hombre casi no me platicó cosas, estaba más cerrado”, dice.
‘‘Pienso que los hombres estamos en un momento de cambio en el que no nos gusta estar exhibiendo nuestro cuerpo ni nuestro interior.”
La muestra Nuevas pinturas, que se puede visitar en Espacio MonCa (Tacuba 88, primer piso, Centro Histórico), de martes a sábado de 11 a 19 horas, concluirá el sábado 17 de agosto.
