Opinión
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Ruta sonora

IMER: nueva oportunidad // Black Flag // The Jesus and Mary Chain

E

sta semana, la radio pública mexicana vivió una montaña rusa mediática, en la que protestaron tanto comunicadores como audiencias, tras anunciar el martes por la noche el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), órgano descentralizado de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con 17 emisoras en todo el país (10 permisionadas, en su mayoría comunitarias, y siete concesionadas), que a partir del primero de julio sus emisoras sólo transmitirían música, sin locutores. Las razones ofrecidas fueron escuetas: recorte presupuestal. Después se sabría que se hablaba de un presupuesto ya asignado para el periodo de julio a diciembre, que no estaba siendo liberado. De no contar con aquél, se tendría que despedir a 240 personas y se eliminarían 38 de 53 proyectos radiofónicos.

Tras esta campaña de silencio como medida de presión, el revuelo en redes sociales fue tan alto, que la reacción en favor del Instituto movió voluntades para que la crisis se resolviera, labor encabezada por Aleida Calleja, directora general del IMER, y Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR). Al día siguiente, el vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez, ya advertía que se mantendría el presupuesto asignado y que no habría despidos. Por su parte, Villamil aseguró que si bien las medidas de austeridad del gobierno actual han sido para todas las instancias, como el 80 por ciento de los contenidos del IMER se hacen por gente pagada con honorarios, la afectación era más notoria. Pero, subrayó, hay una conciencia de gobierno y de la ciudadanía en favor de la radio pública, y de que hay que defender al Instituto. Por la noche, el mismo anunció que la SEP garantizaba la suficiencia presupuestaria por 19.4 millones de pesos para la contratación de colaboradores y la operación de todas las emisoras del IMER. Eso sí: indicó que se heredaba un instituto devastado, abandonado por la administración pasada.

Al respecto, coincidió en breve entrevista Ana Cecilia Terrazas, quien conoce bien la situación interna, como directora del IMER que fue, de 2009 a 2013. Explicó que si se llegó a esta crisis es porque la junta de gobierno previa al actual, encabezada por Carlos Lara, “no supo atender las advertencias y solicitudes que se le hacían respecto a las carencias: necesidades básicas como luz o pago a freelances; les quitaron 20 por ciento de estructura... En fin, hubo abandono y descuido; lo desmantelaron totalmente. Para recuperarse, es preciso que lo valoren y le permitan autogenerar recursos: lo permitido es 30 por ciento; con ello volvería a funcionar correctamente”.

Al preguntarle sobre emisoras como Horizonte 107.9 o Reactor 105 (ésta, fundamental para dar a conocer la obra de muchos músicos mexicanos), la actual Defensora de Audiencias en Radio Educación expresó: Reactor se vino abajo porque no la supieron comprender ni apoyar. La nueva gerente (Natalia Szendro) necesita ser fuerte, con ideas y propuestas nuevas; recuperar las cualidades que la hicieron alcanzar su momento más alto; formar nuevos talentos y generar una propuesta que no sea de consumo mercantil.

Y sí. La reflexión que queda tras este final feliz, es que, frente a la fuerte competencia de la radio por Internet, y tras el fuerte apoyo que ofreció el público al ver casi perdida la estación, Reactor tiene el compromiso de volver a generar una comunidad joven que se sienta realmente representada, tanto social como cultural y musicalmente. El tema da para mucho más, pero por ahora queda el alivio de que el IMER y sus generadores de contenido siguen laborando y de que no se perdió este valioso enlace comunitario nacional.

Es deseable que el incidente renueve el diálogo en torno al papel que debe jugar la radio pública en nuestro país, para que el actual gobierno, sus directivos y las audiencias la estimen, y no la vuelvan a abandonar.

Zoé. 41 Marcha del Orgullo LGBTTTI.

Viernes 28. Hoy y mañana, Zoé cierra su gira internacional en la cual sigue presentado el electro-rocker disco Aztlán (2018; reseña Ruta Sonora: https://bit.ly/2AZv2jU). Auditorio Nacional. 20:30 horas, $480 a $1700. 2. Black Flag, leyenda del hardcore punk estadunidense, antes encabezada por el brillante cantante Henri Rollins, viene a devastarlo todo. Él ya no integra la banda, pero sí Greg Ginn, fundador, autor y guitarrista. 360e Venue (Blvd. Toluca 115, Naucalpan), 20 horas, $600 en Boletia.

Sábado 29. 41 Marcha del Orgullo LGBTTTI de la CDMX: Orgullo 41, Ser es Resistir. Del Ángel de la Independencia al Zócalo, 11 horas. Actividades artísticas con: Javiera Mena, Zemmoa, Torreblanca, Esteman, La Prohibida, Aristemo, Pambo, Ruzzi, La Bruja de Texcoco, Coro Gay de la CDMX, Ophelia Pastrana, entre otr@s, desde las 14 horas.

Jueves 4. Los escoceses de The Jesus and Mary Chain y su hipnótico sonido shoegaze ochentero, vuelven con su repertorio clásico y temas del Damage and Joy (2017). El Plaza (Juan Escutia 4, Condesa). 21 horas, $778 a $1056.

Twitter: patipenaloza