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45 años de Fonart
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l Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) cumple 45 años y lo hace volviendo al lugar donde nació: el sector cultura, al que perteneció por 23 años antes de ser transferido a Desarrollo Social. Lo hace también tomando nuevos bríos a la luz de los principios que ahora guían al proyecto cultural de México –la inclusión, la diversidad y la redistribución de la riqueza cultural–, así como economizando recursos y maximizando resultados gracias al trabajo transversal con otros programas de la secretaría y otras instancias del gobierno federal.

Uno de los primeros pasos del renovado Fonart será hacer a un lado las limitaciones que le imponía la perspectiva asistencialista, que veía a la población de artesanos en términos de si se encontraban por encima o por debajo de la línea de pobreza.

A partir de ahora se seguirán nuevos parámetros que los consideren como lo que son: gente trabajadora que ejerce un oficio noble, que merece vivir en condiciones seguras y dignas, que no sólo contribuye al desarrollo económico del país, sino que ayuda a la conservación de su verdadera riqueza: su patrimonio cultural. Sus creaciones no son meros productos para venta y consumo, sino objetos culturales, cuya historia y procedencia deberá ser documentada y cuyo comercio debe realizarse de manera respetuosa y justa. Son puentes que nos acercan y comunican con la diversidad de culturas que nos componen como nación.

Al dignificar el arte popular y a sus creadores, fortaleceremos a los pueblos y comunidades artesanas de México. No es posible que los lugares que son verdaderas fuentes de riqueza cultural sean los menos favorecidos económicamente. De entre las poblaciones de artesanos, se dará atención especial a quienes viven en zonas con altos índices de violencia y marginación, así como a las mujeres, quienes representan 70 por ciento de quienes ejercen esta profesión en el país y son en muchas ocasiones el sostén económico de su hogar.

Necesitamos establecer, con urgencia, políticas de equidad y emprendimiento que permitan empoderar a las mujeres y a los entornos en los que se desarrolla el arte popular en México. Debemos tener presente que, si algo nos puede tejer como país, si algo puede allanar el terreno a quienes han sido discriminados por generaciones, si algo puede cerrar las brechas que se han creado en algunas regiones por violencia o por desigualdad económica, es la cultura.

Entre los pasos que se están dando para alcanzar estas metas se encuentra la vinculación de los artesanos con los distintos ámbitos culturales con el fin de crear redes y propiciar el diálogo con otras disciplinas, así como la exposición de su obra en espacios y ante públicos no tradicionales a escalas nacional e internacional.

Ejemplo de lo anterior será la magna exposición que planea llevar a cabo el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) en 2021, homenaje a la realizada por José Vasconcelos 100 años antes para celebrar el nacimiento de la Secretaría de Educación Pública, en la que se expondrá lo más granado del arte popular en franco diálogo con el arte contemporáneo.

Asimismo, el arte popular tendrá una importante presencia en los circuitos culturales establecidos en el interior del país, así como en el extranjero, coordinados por la Dirección General de Vinculación Cultural y la Dirección General de Promoción y Festivales Culturales, de la mano con el programa federal de Diplomacia Cultural. Además, se dará a conocer el trabajo de nuestros artesanos como elemento iconográfico en convocatorias y materiales promocionales de Imcine, concediéndoles su respectivo crédito. Se promoverán espacios de intercambio de saberes y formación entre las distintas ramas del arte popular y con otras disciplinas, a partir de programas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, que ha sumado las artes y tradiciones populares a su convocatoria de apoyos para Jóvenes Creadores.

Diversos puntos de venta de Fonart reabrirán sus puertas, tal es el caso de la tienda de avenida Juárez, en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México, y muchas otras se inaugurarán. Entre estas últimas destacan la que se instalará en el Antiguo Palacio del Arzobispado, gracias al convenio establecido con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y la de Matamoros, Tamaulipas, que además de estar ubicada en un edificio construido por el arquitecto Mario Pani, se encuentra a 250 metros de la frontera, lo cual significará tener un pie en el mercado estadunidense.

Con la Secretaría de Economía nos encontramos trabajando en el diseño de un programa de fomento a la exportación de artesanías, mientras con el Senado y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y con el apoyo de académicos, intelectuales y productores, se promueve la instauración de una ley que proteja los derechos colectivos de nuestros artesanos. Consideramos de vital importancia llenar el vacío legal que ha permitido la sustracción y apropiación de su patrimonio cultural, lo que ha derivado en mermas económicas. Vamos a asegurarnos de que sus usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, así como instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales, estén protegidos, con lo que lograremos su salvaguarda, preservación, desarrollo y promoción.

El arte popular es parte fundamental de quienes somos. Junto al barro, el cartón, la laca, el metal o el vidrio que da forma a las piezas, se encuentran nuestras historias, leyendas, formas de vida, sueños. Es tarea de todos, individuos, comunidades e instituciones, proteger y apoyar a quienes lo mantienen vivo y lo comparten con nosotros.

* Titular de la Secretaría de Cultura federal