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Mucho rap y ska con Juan Sant y Maldita Vecindad en el Nicho de la Música, en Tajín

El Festival de la Identidad es parte de los festejos por el 33 aniversario de la banda liderada por Roco Pachukote

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Es el concierto más grande que he dado, dijo el músico totonaca en entrevista.Foto cortesía de Cumbre Tajín
Enviada
Periódico La Jornada
Sábado 23 de marzo de 2019, p. 6

Papantla, Ver., El músico de origen totonaca Juan Sant tomó el Nicho de la Música, escenario principal de Cumbre Tajín, y rapeó a ritmo del incesante sonar del sintetizador: “Todos los originarios / siempre somos fuertes, / siempre somos fuertes. / Estos corazones están latiendo fuertes / aquí en el corazón del Totonacapan.

Aprovechó el foro del Festival de la Identidad para reconocer: Este fue el concierto más grande que he dado, pese a que tengo muchos años en esta carrera. Estamos muy orgullosos de representar a nuestra cultura madre y de ser hablantes de la lengua totonaca.

Sant, ataviado con su vestimenta tradicional color blanco, rapeó y bailó al puro estilo de los grupos que lo inspiraron y por quienes siguió el rumbo de este género musical, como Control Machete y Eminem.

Sobre el repertorio que ofreció en la edición 20 de Cumbre Tajín, Sant, explicó: “Ahora vamos a soltar una rola que se refiere a mi niñez e infancia: Llegué bajo el cielo de Capricornio, / había fuego en el horno, / calor en mi entorno… / y el paisaje de fondo era fatal; / en mi oído izquierdo el aliento del mar, / en el derecho la de Miguel fiel guardián. / Bebí del pecho de la primera mujer que amé, / dormí en su lecho y cuando lloré / siempre estuvo su pecho / donde lágrimas derramé”.

En entrevista, el músico contó: Empecé a rapear cuando llegué a Ciudad de México en 2000, no conocía este género, pero fue al andar por las calles por un tiempo cuando lo conocí, gracias a los amigos.

El rap me hizo libre de expresarme como quería y ahí empecé a escribir. Es lo que me gusta hacer. Mi música es el relato de la vida de un indígena en la ciudad, además de temas sobre la negritud o la identidad. Es mi percepción sobre el mundo, del racismo y la discriminación contra los indígenas y cómo nos ven. Nuestra idea es hacerle ver al mundo que podemos hacer más sin importar de donde somos.

Juan Sant, de 33 años y originario de la sierra norte de Puebla, recordó que empezó a escribir en 2004, y ya estamos en 2019, porque sucede que si alguien de ciudad, está más o menos económicamente puede triunfar, pero imagina, para alguien que viene de un barrio, de una comunidad indígena, es casi imposible salir y tocar en un escenario grande, como aquí, en Tajín, que ni siquiera lo había soñado.

Explicó que sus presentaciones sólo han sido en actos culturales; a lo más lejos que hemos llegado es Brasil, y algo en el Zócalo, pero, no tan grande como Tajín.

Juan Sant sabe que lleva una carga encima al tratar de demostrar al mundo que podemos hacer algo, sin importar nuestro origen. Que personas de nuestra comunidad nos escuchen es un aliciente y si ahora nos rendimos sería como darle la razón a la gente que subestimó nuestro trabajo. Estamos preparando un material discográfico, lo más profesional, para que sea tomado con seriedad y no con morbo.

Paz, baile y música

Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio arrasaron con su música en la Cumbre Tajín y, en voz de Roco, pugnaron para que se terminen los feminicidios, la violencia y las desapariciones en el país.

Apoyados por los círculos de paz, baile y música en resistencia pacífica, la banda hizo un recorrido por sus 33 años de trayectoria.

Los cuerpos se tocaron y el frenesí de la música sacudió el escenario principal y sus alrededores. El pachuquismo del siglo XXI llegó a Papantla, la noche del jueves.

Tras pedir que el público se colocara el puño en el corazón, el energético intérprete dijo: “Estamos bien contentotes de estar en Papantla, con toda la cultura que nos ha inspirado desde morritos”.

Antes, en conferencia de prensa, los integrantes de la banda reflexionaron: El pachuquismo fue el primer movimiento contracultural del siglo XX, anterior al rocanrol; mexicano, migrante, transfronterizo, también auténtico y original. Es decir, tiene esencia multicultural.

Antes de la Maldita y Juan Sant, subieron al escenario, Sonex, Ilan Bar-Lavi, Los Aguas Aguas y Amadititita que elevaron los termómetros antes de la presentación de los Hijos del Quinto Patio, que siguen celebrando su 33 aniversario, fiesta que llegará a la Arena Ciudad de México, el 2 de noviembre.