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Alianza electoral con Morena

Desde la UAEH, Gerardo Sosa forjó poder político y se movió entre partidos

Su hijo mayor fue asesinado a balazos la víspera del escándalo financiero que enfrenta la casa de estudios

 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de marzo de 2019, p. 4

Gerardo Sosa Castelán brincó a la escena nacional gracias a su demanda contra Miguel Ángel Granados Chapa. El periodista hidalguense prologó un libro, La Sosa Nostra, escrito por el académico Alfredo Rivera, conocedor de las tripas del control absoluto que desde entonces ejercía Sosa en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Sosa Castelán ganó varias etapas de la demanda, y al mismo tiempo perdió, pues desde entonces no logró quitarse la marca de porro que le endilgaban sus adversarios, pese a sus esfuerzos de emular –con acciones como un festival de la imagen que imita a una famosa feria del libro– a Raúl Padilla, jefe de la Universidad Autónoma de Guadalajara.

Las vidas de Padilla y Sosa corren en paralelo. De líderes estudiantiles pasaron a controlar hasta el último pupitre en sus universidades.

Sosa lo hizo en las filas del PRI, partido que abandonó formalmente apenas el año pasado, tras concretar su alianza electoral con Morena, en un arreglo que dio a su grupo la mayoría de las diputaciones locales y dos federales.

La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, que encabeza Santiago Nieto, ha confirmado que congeló cuentas de la UAEH por manejos sospechosos que incluyen la transferencia de 156 millones de dólares desde Suiza y correrías del dinero en 22 países.

El rector de la Universidad, Adolfo Pontigo, quien suele aparecer en revistas de sociales modelando ropa cara, rechazó las acusaciones en la radio, pero trasladó la responsabilidad de los detalles al patronato universitario.

Desde que llegó a la presidencia de la Federación de Estudian-tes de Hidalgo, hace 42 años, Sosa se convirtió en factor de peso en la política local. Hoy, como presidente del patronato, es amo y señor de la institución universitaria.

Sus relaciones con los gobernadores han sido siempre complicadas y a más de uno le ha ganado la partida. Omar Fayad, actual gobernador por el PRI, no es la excepción. Ambos personajes han sostenido una guerra abierta, cuyos últimos episodios son un litigio en la Suprema Corte de Justicia, por encimita sobre la autonomía y en el fondo por los dineros de la universidad. Otra cara del pleito paralizó durante meses al Congreso local, pues con su mayoría en la anterior legislatura, Fayad hizo modificar la ley para evitar que un miembro del Grupo Universidad se hiciera de la presidencia del Legislativo. Morena, con una cómoda mayoría en el Congreso, pudo presidirlo sólo hasta que se dio un acuerdo político con intervención federal, y luego de que Fayad había logrado vetar a dos diputados integrantes del Grupo Universidad.

–¿Por qué nunca lo enfrentó ninguno de los poderosos gobernadores que ha tenido Hidalgo?

–Nunca se quisieron confrontar con él, prefirieron arreglarse… hasta ahora –dice un alto funcionario del gobierno de Fayad.

En la etapa previa a los comicios de 2018, y después, Fayad ha buscado, según dirigentes de Morena, intervenir en la vida interna del partido de Andrés Manuel López Obrador. Ha encontrado terreno fértil gracias a que los morenistas históricos rechazaron desde el principio la alianza con el Grupo Universidad, que encabeza Sosa.

El año pasado, tras complicadas negociaciones, se logró el pacto electoral. Por Morena participaron el actual director de Pemex, Octavio Romero, quien era delegado de Morena en la entidad, además de Yeidckol Polevnsky, Gabriel García y Bertha Luján. Del lado hidalguense estuvieron Abraham Mendoza, hoy delegado del gobierno federal, y Ricardo Baptista, antiguo sindicalista y municipalista que actualmente preside el Congreso estatal.

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▲ Gerardo Sosa Castelán encabeza el Grupo Universidad que ganó nueve candidaturas a diputados locales y dos federales por Morena el año pasado.Foto La Jornada

Al Grupo Universidad no le fue nada mal, pues obtuvo nueve candidaturas a diputados locales y dos a federales. Ganó todas.

Diputado local en una ocasión y federal en dos oportunidades, Sosa ha buscado desde hace tres sexenios la candidatura al gobierno del estado, un objetivo reanimado ahora gracias a su alianza con Morena.

Cambios estratégicos

A la manera de muchos caciques gremiales, Sosa dejó de poner todos los huevos en la canasta del PRI hace mucho tiempo. No tenía vida partidaria desde varios años antes de su renuncia formal, pues había decidido mover sus fichas en diversas fuerzas políticas

Sosa no tenía una vida activa en el PRI desde hace mucho. Tuvo un efímero paso por el PAN, intentó constituir un partido local (de la Sociedad Hidalguense) y se hizo de Movimiento Ciudadano a través de su hermano Damián, quien hasta el año pasado presidía la agrupación naranja en el estado.

En los corrillos locales se cuenta que la intención de Sosa era ser candidato al Senado, pero que los términos del acuerdo electoral del Frente por México lo dejaron fuera y decidió entonces construir la alianza con Morena.

Su renuncia al PRI se consumó hasta el 19 de febrero de 2018, una vez pactadas las candidaturas de integrantes de su grupo en las listas de Morena.

En mayo pasado, este reportero habló con Gerardo Sosa sobre su salida del partido en el que había militado por décadas y otros temas.

Sobre su renuncia al tricolor dijo: Cuando tú tienes un perfil y una preparación de tipo universitario realmente cuesta mucho trabajo ser tan disciplinado con las ortodoxias del PRI.

Y en su balance del gobierno de Enrique Peña Nieto afirmó: “Durante los seis años fue una desfachatez en el robo. Impresionante. Antes era ‘se quedó con un ranchito, se chingó una lanita, se compró una casita’, pero ahora ves a las familias de los que se están chingando la lana con Ferraris, es una pinche burla”.

Sus cercanos en la universidad no niegan su poder. Uno de sus allegados lo definió así: Es karateca, un líder auténtico, un estratega y un tipo de resultados.

El pasado sábado 23 de febrero, la víspera de las revelaciones de Santiago Nieto, el hijo mayor de Gerardo Sosa, del mismo nombre, fue asesinado a tiros en un camino cercano a un rancho de su propiedad.

Este viernes, mientras arreciaba el escándalo por la acusación de lavado de dinero deslizada por Santiago Nieto, Sosa agradeció en una misiva pública las muestras de solidaridad tras la muerte de su vástago.

Yo soy un facilitador, soy una persona que ayuda, que facilita a través de las finanzas, que el rector cumpla con sus objetivos académicos, se define Sosa, orgulloso de que tras su victoria judicial, Granados Chapa no pudo volver a escribir de mí.

En medio de su tragedia familiar debe ahora responder a los señalamientos que le hacen desde el gobierno aliado porque, como él mismo dice, lo más importante en la vida de un político que es congruente es que limpie su nombre.