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Desde Otras Ciudades

El renacimiento de las ciudades fantasma cercanas a Madrid

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▲ Poco a poco comienzan a terminarse los departamentos en ciudades cercanas a Madrid.Foto Afp
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iez años después del estallido de la burbuja inmobiliaria, los esqueletos de hormigón aún se yerguen en España: miles de edificios construidos antes de la crisis continúan vacíos pese a la reactivación económica. Verdaderas ciudades fantasma, algunas de las cuales comienzan a resucitar lentamente.

La hierba ha invadido los cientos de construcciones sin ventanas ni puertas que se levantan como espectros detrás de la pequeña población de Buniel, cerca de Burgos, a 250 kilómetros al norte de Madrid.

Sacos de cemento ya fraguado permanecen abandonados al pie de casas inacabadas de ladrillo rojo. Una zona en construcción en suspenso.

Bienvenidos a la Ciudad Jardín Soto Real, ideada como una flamante población residencial para un millar de familias. Su promotor se declaró en bancarrota durante la crisis inmobiliaria de 2008, abandonó las obras y siguieron su ejemplo numerosos constructores.

Previo a la crisis hubo una producción exagerada, brutal, enorme de viviendas en las afueras de los centros urbanos para compensar la fuerte alza de los precios, en momentos en que cada vez más españoles invertían en bienes raíces y los préstamos hipotecarios eran más fáciles de obtener, explica el analista José Luis Ruiz Bartolomé.

La corrupción alimentó aún más la fiebre del ladrillo, con funcionarios locales que autorizaron la construcción en terrenos donde hasta entonces estaba prohibido.

Sólo en 2006 se comenzaron 900 mil nuevas obras en España, según el portal inmobiliario Idealista, unas 10 veces más que en 2017.

Hay que asumir que vamos a tener ciudades fantasma, porque se construyó en zonas donde nadie quiere vivir, estima Fernando Encinar, jefe de estudios en Idealista.

Algunas poblaciones están reviviendo, como Valdeluz, que se empezó a construir en 2005 en la comuna de Yebes, cerca de Guadalajara, a 60 kilómetros al noreste de Madrid.

El plan era construir una ciudad residencial de 30 mil habitantes cerca de la nueva estación Guadalajara-Yebes de una línea de tren de alta velocidad entre Madrid y Cataluña.

Allí vive desde hace 11 años Almudena Castillo, en una urbanización de 12 edificios con piscina. Al principio tenía ocho vecinos en toda la comunidad. Yo contaba la gente que me cruzaba. Había días que no me topaba con nadie, recuerda. Hoy, Valdeluz tiene 4 mil habitantes.

Es un renacer gradual que ha sido posible gracias a la reventa a bajos precios de apartamentos adquiridos por los bancos a los constructores en quiebra.

Afp