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Tucta, cuna del activismo social y político de AMLO, espera su retorno

Confía en que el Presidente cumpla su promesa de rescatar el campo

Al pie de los camellones (terrenos flotantes donde se cultivan hortalizas), en el corazón de Nacajuca, Reyes Arias Román cuenta la historia del proyecto y la de su creador, un joven de 23 años, hoy presidente de México, que enseñó a los lugareños una nueva forma de usar la tierra y el agua.

Foto
▲ Reyes Arias Román, habitante del municipio de Nacajuca, Tabasco, relata cómo se crearon los camellones chontales, proyecto que el ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador impulsó cuando era joven.Foto René Alberto López
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 10 de diciembre de 2018, p. 23

Nacajuca, Tab., El licenciado Andrés Manuel (López Obrador) llegó a Tucta, Nacajuca, en 1975. Aquí lo conocí. Vino a trabajar al INI (Instituto Nacional Indigenista) muy joven, de unos 20 años. Por eso casi no le teníamos confianza, y porque ya nos habían engañado mucho los del gobierno.

Este chontal de 73 años se quedó con ganas de entregar al Presidente, ante los ojos del país, el bastón de mando indígena durante la ceremonia realizada en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México el pasado primero de diciembre.

No sé cuáles fueron las razones, no sé qué pasó, no me informaron, nadie me explicó. Yo sabía que lo iba a entregar, porque aquí lo dijeron en la radio, y me lo dijo la presidenta (municipal) de Nacajuca (Janicie Contreras García), pero no se pudo, responde con pesadumbre.

Reyes Arias Román se había preparado para la ceremonia. Llevaba su ropa blanca de manta a la usanza chontal, pero hubo un cambio y al final de cuentas lo entregó otra persona; no pude ni saludar al licenciado. Me quedé con las ganas. Había mucha gente.

Narra que, en compañía de la alcaldesa Contreras García, lo llevaron detrás del templete que se instaló en el Zócalo, pero hasta ahí, no pudimos pasar. Lo único que sé es que el bastón lo entregó una persona de Oaxaca (la zapoteca Carmen Santiago Alonso).

Agrega que al principio se sintió molesto, desanimado, pues “me dije: ‘viajé de coca (en balde) y no hice nada’, pero pienso regresar a la Ciudad de México cuando se tranquilicen las cosas y voy a buscar a Andrés Manuel en el palacio donde trabaja. Me gustaría hablar con él”.

En la comunidad de Tucta, cerca de la cabecera municipal de Nacajuca, Reyes Arias es el representante general de los camellones chontales, un área de 32 hectáreas donde se siembra hortalizas, maíz y frijol, y en el agua se crían tilapias.

Están organizados en la Sociedad de Camellones Chontales, integrada por 64 personas que en enero y febrero empiezan a sembrar maíz y frijol. Se da muy bien el frijol, pero se descontroló un poquito y hay mucha plaga. La iguana es la que más nos afecta, explica.

Señala hacia los camellones. Fue idea de Andrés Manuel. Ahí está su obra. Cuando llegó lo primero que hizo fue un taller de artesanías en donde fabricábamos tambores, máscaras y flautas. Luego nos dejó los camellones. También impulsó los créditos a la palabra y solicitó una tienda Coplamar (de la Distribuidora Conasupo) para la comunidad.

Un día los citó a una reunión y les propuso hacer los camellones. “No sabíamos qué eran. ‘Chinampas’, nos decía, pero no entendíamos. Nos explicó que íbamos a rescatar la tierra de abajo del agua y que ahí íbamos a sembrar. No sabíamos qué decía hasta que nos dijo que conseguiría una draga marina con Pemex (Petróleos Mexicanos) y que sacaríamos tierra de los pantanos para los camellones chontales y hacer producir la tierra y el agua”.

Un cachito de trabajo para sacar el pan

Con las manos, Arias Román aleja los mosquitos que merodean su rostro y mira los camellones llenos de maleza. Estamos empezando a limpiar. Ya vienen las fechas de siembra. Entonces recuerda una anécdota que vivió con López Obrador:

Una mañana íbamos en el cayuco a ver cómo trabajaba la draga, pero un fuerte viento nos la volteó, y allá fue al agua Andrés, dice y sonríe por primera vez.

No le importaba si llovía o había lodo. Era muy madrugador y te atendía así fueras a la una de la madrugada a su casa, porque vivió aquí en la comunidad, en el local del INI.

El modelo de los camellones chontales también se usó en poblados vecinos, entre ellos Cruz de Olcuatitán y Oxiacaque, pero principalmente en Tucta, frecuentemente afectado por inundaciones o derrames de hidrocarburos de Pemex.

“Ese joven nos dio un cachito de trabajo para sacar el pan y mantener a la familia. Antes de él y después del él siempre nos han engañado, porque el apoyo para las comunidades indígenas se acabó.

El último en apoyarnos fue el gobierno estatal de don Enrique González Pedrero (1983-1988). Después nos abandonaron. No obstante, reconoce que la administración saliente, a cargo de Arturo Núñez Jiménez, dio algunos apoyos a los campesinos.

Tucta, comunidad autóctona de 2 mil habitantes y cerca de 500 viviendas, significó mucho en la vida de López Obrador, porque fue aquí donde inició su lucha política, en 1988. Fue en este lugar donde arrancó su campaña a la gubernatura de Tabasco, postulado por el Frente Democrático Nacional. Enfrentó al priísta Salvador Neme Castillo.

–¿Qué sintió al conocer de la invitación a la ceremonia de toma de protesta de López Obrador?

–Acababa de llegar del doctor cuando la presidenta (Janicie Contreras) me trajo a la casa la invitación. Me sentía enfermo, me había dicho el médico que tenía tifoidea y triglicéridos (elevados), pero me dije: si él me invitó, voy.

–¿Cómo cree que será el gobierno del actual Presidente?

–Es un hombre de trabajo. Los puntos que prometió en el Congreso los va a cumplir. Sobre todo, me gustó esa parte de rescatar el campo de México y ese lema de primero los pobres, pues los gobernantes pasados nunca nos tomaron en cuenta. Como somos indígenas sólo llegaban a engañarnos.

En esta demarcación de la Chontalpa Chica los lugareños tienen esperanzas en la nueva administración federal.

“Nosotros, principalmente la comunidad de Tucta, estamos muy orgullosos de Andrés Manuel, y esperamos que un día vuelva a esta su casa, ahora como Presidente. Nos daría mucho gusto, pero si no lo sabe, nosotros lo vamos a invitar a visitar sus camellones chontales.

Ese día será una fiesta para todos nosotros. Lo vamos a llevar a que vea sus 85 camellones, aunque falta rehabilitarlos, sobre todo desazolvar los cuerpos de agua para seguir produciendo tilapia.

El líder indígena se adentra en los camellones, pisa con cuidado y se detiene a la orilla del agua, donde comienza un viejo puente de madera. Por esa parte caminaba a diario Andrés Manuel, revisando que se hicieran bien los canales y se limpiara el terreno.

Reyes Arias Román está seguro de que aquel joven que inició en Tucta el proyecto de los camellones volverá a la comunidad para apoyar al campo y la producción de artesanías, entre ellas las bolsas de lirio, y resolver la falta de atención médica en la zona.

No hay centros de salud, no hay médicos, no hay medicinas. Lo único que te dan es paracetamol. Estamos completamente marginados.

(Con información de Sergio Garrido, especial para La Jornada)