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Víctimas de robo, plagio y asesinato

México, el país más peligroso de AL para ejercer el sacerdocio
 
Periódico La Jornada
Martes 30 de octubre de 2018, p. 20

De 13 homicidios de párrocos registrados en lo que va del año en América Latina, siete ocurrieron en México, el país más peligroso para ejercer el sacerdocio en la región, informó el Centro Católico Multimedial (CCM).

Omar Sotelo, su director, señaló que en un porcentaje muy alto; los ataques contra sacerdotes han sido perpetrados por el crimen organizado, pues existe extorsión, levantamiento o secuestro y tortura.

En entrevista, indicó que 80 por ciento de los homicidios no han sido resueltos. De 1990 a la fecha se han registrado 70 hechos violentos contra ministros de culto, 26 asesinatos en este sexenio. Los estados que representan focos rojos son Guerrero, Veracruz y Michoacán.

El director del CCM expuso que gran cantidad de curas han sido hostigados y asesinados por el ejercicio del ministerio de sacerdotal.

Ante el incremento también de secuestros, Omar Sotelo dijo que estos no necesariamente están relacionados con el tema económico, sino que se presentan dentro de la violencia generalizada que se vive en el país.

Respecto de la falta de actuación para dar con los responsables de los homicidios, ejemplificó con el caso del padre John Ssenyondo, quien fue encontrado en una fosa en Guerrero en 2014. Él, dijo, hablaba con narcotraficantes, les mencionaba situaciones que no tenían que hacer, para frenar la violencia.

Señaló que al parecer las autoridades estancaron la investigación, pero el caso más icónico es el del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, que es un monumento a la impunidad, porque hasta la fecha no hay ningún responsable del homicidio.

Expuso que el hostigamiento a los ministros de culto tiene un propósito muy importante, pues se manda el mensaje de que si se es capaz de asesinar a un sacerdote, se puede matar a quien sea.

De igual manera, advirtió el presbítero, es un estabilizador social importante y cuando hay un atentado, también desacralizas toda una institución y se desestabiliza a la comunidad, con lo que se genera un gran vacío que es llenado por una cultura de silencio, y esta es un caldo de cultivo para que se cree la corrupción, la violencia y demás situaciones conflictivas.

Señaló que otra constante es la difamación generada tras el asesinato de un sacerdote, como relacionarlos con el crimen organizado.

El director del CCM señaló que entre 26 y 28 templos católicos son blanco del delito semanalmente, entre agresiones, profanaciones y robos, entre otros ilícitos.