El arzobispo emérito Norberto Rivera Carrera señaló que no ha interpuesto denuncia por la balacera en su domicilio, y dijo que está a la espera de información para saber quiénes fueron y por qué sucedió.

Nosotros no podemos decir nada porque no fuimos testigos del evento, declaró, tras asistir a la funeraria en la que fue velado el policía bancario José Javier Hernández Nava, quien murió en la agresión del domingo pasado.

En breve entrevista descartó también incrementar la seguridad que está a su disposición, y manifestó su tristeza por lo sucedido.

El cardenal Rivera Carrera, junto con el canónigo penitenciario de la Catedral Metropolitana, Hugo Valdemar Romero, oficiaron la misa de cuerpo presente del custodio Hernández Nava.

Acerca de su ex escolta dijo que fue ejemplo de profesionalidad, de valentía y de cumplimiento del deber. Agradeció a su familia porque formaron un verdadero policía; su padre fue policía por muchos años.

En la eucaristía, Valdemar Romero dijo que “Javier murió cumpliendo con su deber. Además, él era un hombre de fe. Sabía a quién representa el señor cardenal, a Jesús mismo, el buen pastor.

Al ver ayer los videos del acontecimiento, me sorprende el valor y el coraje con que enfrenta a los agresores y cumple con su deber. Todo esto Dios ha de haber recompensado su notable heroísmo, expresó.

Desde hace nueve años Hernández Nava trabajaba con el cardenal Rivera Carrera, quien estuvo al frente de la Arquidiócesis Primada de México por más de dos décadas.

Antes de que el cuerpo de Hernández Nava, de 41 años, fuera trasladado a San Vicente Chicoloapan, estado de México, donde será velado y sepultado este martes en el panteón municipal, su papá Gelasio Hernández Trujillo se dijo muy orgulloso del trabajo que realizó.

Señaló que cumplió con su deber. Yo a Dios se lo entregué y no a cualquier elemento lo despiden así, dijo ante una valla de integrantes de la Policía Bancaria e Industrial, corporación a la que perteneció Hernández Nava 20 años y cinco meses.

Mi hijo, destacó, es un elemento trabajador y honesto. A dónde quiera que vayamos, vamos tan librecitos como el viento, porque nunca nos metimos en problemas, y tenía seis años desempeñándose como escolta.