Continuar o no la construcción de la terminal aérea en la zona de Texcoco ya no es una decisión técnica, es un problema y una decisión política, aseguró el director corporativo de infraestructura del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), Raúl González Apaolaza.

Señaló que hasta el momento la construcción de la terminal aérea tiene un avance físico de 21 por ciento, pero respecto del proyecto en su conjunto, con la elaboración de los estudios y los planes maestros, el adelanto alcanza 35.5 por ciento.

Al ofrecer una conferencia a estudiantes de ingeniería, arquitectura y urbanismo de la Universidad Iberoamericana, el funcionario aseguró que la estimación sobre el costo de la terminal aérea se mantiene en 13 mil millones de dólares, y explicó que el ajuste en pesos se debe esencialmente al aumento de la paridad de esa divisa respecto de la moneda nacional.

Además, señaló que la incertidumbre y los imprevistos, como la toma de carreteras por protestas vecinales, las torrenciales lluvias que cayeron el año pasado en la zona, la ampliación de la construcción del edificio principal de pasajeros e incluso huelgas de trabajadores han ocasionado el retraso en la conclusión de la primera etapa para mayo de 2022, es decir, más de un año después de lo previsto originalmente.

Durante casi 90 minutos, González Apaolaza presentó a los estudiantes el proyecto arquitectónico y urbanístico, así como los avances y la realización de las obras preliminares. Sin embargo, dedicó poco tiempo al tema del impacto ambiental y la resistencia que existe en las comunidades de la zona.

Del primero, dijo que se han realizado todas las obras de mitigación solicitadas por la Secretaría de Medio Ambiente, que tiene la acreditación internacional de ser un proyecto sustentable y que el lago Nabor Carrillo tendrá un vaso regulador de aguas. Del segundo punto, aseguró que desde el inicio de la construcción del proyecto, ha sido muy bien aceptado por los pobladores de San Salvador Atenco, quienes incluso trabajaron en la recuperación de la flora y la fauna de la zona mediante programas de empleo temporal. Ha sido hasta ahora que otra vez se escuchan voces en contra, pero son minoría, insistió ante los estudiantes.

Reconoció que han debido sortear muchos problemas, como el requerimiento de más de 63 millones de metros cúbicos de relleno para emparejar el terreno. Sí, se han ocasionado afectaciones ambientales, a la ecología, a la sociedad, como cualquier otra obra de esta magnitud, dijo González Apaolaza, quien señaló que se han aplicado 58 medidas de mitigación y 15 planes y programas ambientales.

En entrevista, el funcionario manifestó que en caso de que se desista de la construcción del NAIM, lo hasta ahora hecho no tendrá ningún uso, aunque podría ser sujeto de una invasión por vecinos y colonos.