Las patologías mentales comienzan a edad temprana, por lo que es importante prestar atención para detectarlas a tiempo, de acuerdo con Silvia Ortiz, jefa del departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Diferentes estudios coinciden en que desde aproximadamente los 14 años de edad la mayoría de las enfermedades mentales se manifiestan ya con sintomatología y problemas”, explicó ayer la experta, durante una conferencia de prensa en Ciudad Universitaria convocada con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora este 10 de octubre.

Silvia Ortiz dijo que los adolescentes pueden tener cambios de humor y en sus emociones son susceptibles a mostrar irritabilidad, o tristeza, lo cual no quiere decir que tengan un trastorno mental.

“La diferencia está en la persistencia y en el deterioro; es decir, un muchacho puede amanecer triste, pero por la tarde es otro y al día siguiente va a la escuela y hace sus quehaceres; en cambio, quien está deprimido, no hace nada de eso.

Tenemos criterios que indican que si estos síntomas persisten más de dos semanas, si se observan situaciones de deterioro en las relaciones interpersonales de los afectados; si hay abandono personal, si les cuesta trabajo interactuar, si se aíslan o tienen ideas pesimistas y éstas son persistentes, se requiere ayuda profesional.

Problema biológico

La salud mental va más allá de atender los padecimientos, dijo. Hoy se sabe que cuando se tiene un trastorno mental se trata de un problema biológico que puede ser tratado por un médico, pero también se sabe que el contexto del sujeto interactúa con los factores biológicos para llevar a este tipo de distorsones de la mente.

Claudia Fouilloux Morales y José Javier Mendoza Velásquez, académicos de la Facultad de Medicina, explicaron que hay factores en la actualidad en el entorno de los adolescentes y adultos jóvenes que pueden incrementar su vulnerabilidad a sufrir ansiedad, entre ellos el incremento en el consumo de sustancias adictivas, el acoso en las redes sociales y la falta de acceso a servicios de salud mental.