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Los Vega, 20 años de cultivar la música desde la poesía y el ritmo del corazón

Festejarán con un fandango en el Teatro de la Ciudad

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▲ Los Vega, agrupación de Veracruz, en las instalaciones de La Jornada, durante la entrevista con motivo de sus dos décadas de trayectoria.Foto Alondra Flores y Pablo Espinosa
 
Periódico La Jornada
Sábado 29 de septiembre de 2018, p. 3

La tradición de la música clásica de Veracruz tiene alma en la poesía y ritmo en el corazón. Esa es la identidad de Los Vega, agrupación que festejará sus primeros 20 años de vida el sábado 6 de octubre con un fandango en el Teatro de la Ciudad.

En entrevista con La Jornada, tres de sus integrantes revelan las claves:

Así como Johann Sebastian Bach formó una familia de músicos, así don Andrés Vega logró el anhelo de su vida: tener junta siempre a su familia alrededor de la música.

Todo surgió en 1998, cuando los niños comenzaron a hacerse hombres y emigraron a la Ciudad de México.

‘‘Venimos del rancho, de Boca de San Miguel, municipio de Tlacotalpan: Quique, Claudio, Gonzalo y yo –cuenta Fredi Vega–. Vivíamos en un cuartito allá por el Reclusorio Norte y para no sentirnos tan lejos de la familia, por las tardes tocábamos son jarocho, así, de jugando.

‘‘El amigo que nos rentaba ese cuartito, Isaac Barrita, había ido al rancho porque quería aprender a tocar como mi abuelo Andrés Vega, y veía nuestro entusiasmo y nos invitaba a tocar en fiestecitas y luego Hilario Bautista, quien era ingeniero y trabajaba en las construcciones, nos contrató de ayudantes de albañil y también tocábamos con él, pero todavía no nos llamábamos Los Vega.

‘‘Había que pedirle permiso a Vega, así que fuimos Gonzalo, Claudio, Quique y yo, los fundadores de Los Vega al rancho y le pedimos permiso a nuestro abuelo Andrés, quien se conmovió, se le quebró la voz y nos abrazó.

‘‘Le dijimos: abuelo, queremos el permiso para llamarnos Los Vega, porque él es el tronco de nuestro árbol y nosotros somos sus pequeñas ramas.”

El grupo creció. ‘‘Yo tenía 17años –interviene Raquel–, mi mamá cantaba y bailaba en los fandangos en el rancho, ella era una de las pocas mujeres que cantaban. Eso era cosa de hombres, decían. Mi hermano Quique me invitó al grupo; tuve que convencer a mi mamá. Mi papá me dijo ‘sí, te apoyo’ y así fue como llegué aquí, me dio mucho miedo al ver muchísima gente en el Metro y mi primera experiencia frente a un micrófono fue muy dura, pues estaba acostumbrada a cantarle a los árboles”.

Dice más Raquel: ‘‘también una como mujer puede cantar versos que fueron hechos para una mujer, no tengo ningún problema con esas cosas, pero creo que es importante que las mujeres podamos hacer versadas para cantarle a los hombres. Eso es bonito.”

Cultura jarocha

El grupo Los Vega ha vivido de todo en estos 20 años. Hubo momentos de disgregación, ‘‘por causa de matrimonio”, ríen. Y por causa de matrimonio se han vuelto a juntar. La más reciente en llegar, Rosario Cornejo Duckles, es antropóloga y en Jáltipan, durante un fandango, conoció a quien hoy es su esposo: Fredi Vega y ella ahora hace música desde la tarima. El zapateado jarocho.

En el imaginario colectivo hay ideas equivocadas o por lo menos difusas respecto de la cultura jarocha. El zapateado, explica la antropóloga y ahora integrante de Los Vega, debe su escaso conocimiento a ‘‘la evolución de los ballets folclóricos y sus músicos, de gran talento pero enfocado al espectáculo y eso es lo que la mayoría de la gente conoce. Aparte de la destreza musical y de baile, también se ha difundido más la parte de las bromas, la del jarocho pícaro, como queriendo ser chistoso, cuando en realidad la parte tradicional de la cultura jarocha es la poesía”.

El principal instrumento de percusión en el son jarocho es la tarima. ‘‘Es una responsabilidad –explica Rosario– porque vas llevando el corazón de la música”.

La discografía de Los Vega es intensa y extensa. Sus dos recientes discos están preñados de poesía. Hemos tenido el cuidado de los versos que elegimos. No somos grandes poetas ni versadores, solamente nos hemos dado a la tarea de investigar versos antiguos en distintas fuentes y hemos pedido textos a Citlali Malpica y Patricio Hidalgo y cada uno de los seis integrantes de Los Vega hemos aportado versos.

¿Cuál la aportación en técnica musical de Los Vega para la evolución del son jarocho? Los acentos, responde Fredi. ‘‘El cuidado en la parte esencial de los acentos de cada son. No es nomás darle al chucu chucu chucu sin sentir el acento. Lo importante es declarar el son que quieres cantar y tocar. La proyección es fundamental: acento y hacia afuera, nada tiene que guardarse, ningún sentimiento queda oculto. La música de Los Vega tiene acento, proyección y conciencia y eso la hace ser una música noble.”

Nuestra música, remata Fredi Vega, ‘‘estuvo guardada unos 400 años y ahora los libros viejos abren sus páginas para juntarnos. Eso es lo más importante: estar juntos”.

La familia Vega volverá a mostrar su fortaleza: se juntará de nuevo, como en pocas ocasiones, a diferencia del rancho, donde siempre se juntan para el fandango, en un escenario: el sábado 6 de octubre en el Teatro de la Ciudad subirán siete bailadoras hasta sumar 20 músicos, en un fandango que será de antología.

Así festejarán, en grande, sus primeros 20 años Los Vega.