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A Irma de los Ángeles le fabrican delito, está presa y la despojan de su hotel

Denuncia dos intentos de asesinato en el penal de Santa Marta Acatitla

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▲ La dueña del Hotel Great Parnassus de Cancún, Irma de los Ángeles Magaña Campos con sus dos hijas.Foto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de agosto de 2018, p. 12

¿Me van a matar? Llevamos ocho horas dando vueltas, les preguntó Irma de los Ángeles Magaña Campos, a los supuestos policías vestidos de civil, con una placa colgando al cuello, que la privaron de su libertad y la subieron a un coche blanco mientras cinco coches más los seguían de manera permanente. “¡Cállese señora!… tenemos orden de golpearla y asustarla y se aguanta”, le dijo uno de ellos.

En la parte trasera, la dueña del Hotel Great Parnassus de Cancún, valuado en más de 120 millones de dólares, era vigilada por una mujer agente de seguridad y no comprendía la dimensión del cuatro que le habían puesto con engaños y trampas.

Temí por mi vida, creí que me iban a matar. Me han destrozado la vida, me han fabricado un caso judicial, pero yo no he robado a nadie, al contrario, me han despojado de mi hotel y me tienen aquí porque me quieren doblar para que entreguemos todo, dice llorando Irma de los Ángeles en entrevista con La Jornada desde el penal de Santa Martha Acatitla donde fue recluida desde el pasado 10 de julio por fraude procesal.

El despojo

La historia de este caso inicia el 21 de enero de 2014 cuando el esposo de Irma, el empresario Salvador Ornelas Hernández, falleció dejando un juicio por la operación de su hotel Great Parnassus, por el que solicitó un préstamo de 30 millones de dólares, de los cuáles pagó 22 millones. La deuda que dejó es de 19 millones de dólares con intereses.

Sin conocer nada de negocios, Irma, de 50 años, se hizo cargo del negocio obligada por las circunstancias: Fue un golpe muy duro la muerte de mi esposo. Siempre fui ama de casa, madre de dos hijas, pero al morir de manera inesperada me hago cargo de los negocios. Yo desconocía completamente el caso.

Explica que fue coaccionada para firmar un documento con la celebración de un contrato de fideicomiso entre Desarrollos Pami, SA de CV y CPI NA Parnassus BV The Bank of the New York Mellon, SA, Institución de Banca Múltiple de División Fiduciaria.

Los abogados de los acreedores me presionaron para firmar un contrato con una empresa para pagar la deuda. Por un abuso de confianza me hacen firmar un convenio de un tema que desconocía y por el acoso contra mi y contra el albacea, el tutor testamental y el director administrativo, finalmente firmo.

Añade: Me hicieron firmar dolosamente un convenio con unos acreedores del Grupo Tsetaro Sociedad Anónima de Capital Variable y ahí empieza mi peregrinar. Me dieron tres fechas para pagar la deuda y de buenas a primeras empiezo a recibir demandas. Y estos abogados ya no me informan, pero tenía que pagar el 24 de diciembre, aunque era ilógico porque firmamos en octubre y pedimos que se pasara al 24 de mayo, pero en abril me despojan del hotel.

Afirma que los abogados de su esposo sospechosamente dejaron de comunicarse con ella: Vi muchas irregularidades y no me contestaban. Y un jueves de 2015, llega un exhorto a Cancún y la madrugada del 11 de abril tomaron posesión del Hotel Great Parnassus con violencia con más de 170 agentes federales, sacan a todo el personal de confianza y nos despojan de nuestro hotel.

Explica que no entendía lo que estaba pasando: Nunca hubo un incumplimiento de pago. Fue de película. Y desde entonces he recibido amenazas contra mi y contra mis hijas, tuvimos que huir de la casa. Me despojan de mi propiedad. En mi desesperación busco otros abogados y toman el caso, pero sufro una tremenda persecución.

Finalmente se vio obligada a participar en los juicios como aval de Desarrollos Pami, SA de CV y a firmar un reconocimiento de deuda ante un nuevo involucrado, el Grupo Salinas, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, según denuncia su abogado Paris Aguilera Baeza, quien advierte que la señora fue privada de su libertad sin conocer quién la demandaba porque no acreditaron la personalidad, ya que Banco Azteca adquirió los derechos litigosos del fideicomiso por medio del Grupo Tsetaro y su representante legal Brenda Ramírez García.

Sin debido proceso

Irma tiene 50 años y denuncia que ya ha sufrido dos intentos de asesinato dentro del penal, hasta donde la parte contraria envía personas para que firme documentos cediendo sus propiedades.

Recuerda que cuando la detuvieron todo el proceso fue irregular: Yo fui a escucharlos, vuelo de Cancún a Ciudad de México. Me cito con mis abogados a comer en el Hotel Presidente en el restaurante Au Pied de Cochon, luego los abogados que anteriormente tenía y los de la parte contraria me citan a las cinco de la tarde en el Club de Industriales estando mi hija presente, les dije que no habíamos incumplido nada y ellos nos hacen una oferta queriéndose quedar con todo. Les dije que no y me fui al baño.

Pero al regresar, se dio cuenta que algo andaba mal: “Todo fue una trampa, fue un cuatro que me pusieron. Traía dos escoltas pero los movieron, los sacaron del Club de Industriales y cuando bajo, llegan 15 personas vestidas de civil con una hoja y me dicen: está usted detenida. Me detienen a las siete de la tarde, pero me trajeron paseando hasta las 3:40 de la mañana cuando me traen aquí al penal Santa Martha Acatitla.

Siendo un caso civil y teniendo el derecho de ser procesada por el nuevo Sistema Penal Acusatorio, la juez 37 de lo penal, Yuridia Quintero, gira orden de aprehensión a las dos de la tarde y a las siete del mismo día fue detenida con la autorización del magistrado Álvaro Augusto Pérez Juárez, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Ciudad de México.

“Me dieron vueltas y vueltas. Me ingresaron sin decirme de qué me estaban acusando, al día siguiente la abogada me dice que me acusan de fraude procesal. Con mi desconocimiento les preguntó: ¿qué es eso? Yo no he cometido ningún delito, a mi me despojaron de un hotel y no han dejado de amenazarme. Hace dos meses, fueron a mi casa a amedrentarme, amenazarme con armas, tuve que salirme de mi casa. No se quiénes son, pero me dicen que son de Grupo Tsetaro”.

Y afirma que está presa porque quieren quedarse con todos los bienes de la sucesión testamentaria de ella y sus hijas: tres hoteles, casas y la concesión de las tiendas de su Hotel Great Parnassus.

Amenazas de muerte

Enferma del corazón y con problemas gastrointestinales, Irma es trasladada constantemente ante la juez en las llamadas perreras y sufre de manera permanente amenazas de muerte: Temo por mi vida y la de mis hijas Paola Estefania 29 años e Irma Michel Ornelas Magaña de 20 años que han tenido que dejar nuestra casa.

Irma de los Ángeles dice que la razón la asiste y exige justicia: Estar aquí ha mermado mi salud, esto es un lugar nuevo y a pesar de todo, estoy fuerte y les he dicho a mis hijas que voy a seguir luchando por lo que su padre trabajó y les dejó. Me están presionando para ver cuanto aguanto. Quieren verme muerta. Este es un grito de desesperación: pido mi libertad.