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Ver día anteriorSábado 25 de agosto de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¡A volar!
C

ualquier gobierno entrante tiene el derecho y, más aún, la obligación de revisar programas, proyectos y contratos ya comenzados que por su naturaleza trascienden un sexenio. Gracias a ello, y a pesar del cortoplacismo que reina en la política gubernamental en general, se han podido desarrollar grandes obras de infraestructura, proyectos de investigación de largo alcance en materia agropecuaria o de recursos naturales.

Quizás los dos casos notables de continuidad en el ámbito rural por casi 25 años son el programa original Progresa, hoy Oportunidades, que continúa aunque haya sufrido cambios de nombre y en aspectos importantes de su contenido. El otro caso es el original Procampo, hoy Proagro. Ambos atienden conjuntamente a más de 5 millones de hogares rurales y aunque transportan problemas técnicos y de precisión de objetivos cuentan además con un padrón de beneficiarios –aunque yo prefiero llamarles derechohabientes. También es notorio el esfuerzo que emprendieron cinco gobiernos para asegurarle a México uno de los mayores catastros rurales de mundo mediante el Registro Agrario Nacional.

Sorprende, en consecuencia, la desazón que ha ocasionado durante la campaña, y ahora ya como presidente electo, la intención de Andrés Manuel López Obrador por revisar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y poner a discusión otras opciones. Por lo que he entendido esas otras opciones en realidad no existen o si se quiere es una elección entre dos malas opciones: la del aeropuerto de Santa Lucía que comportaría riesgos aéreos enormes operando en conjunción del actual aeropuerto, y el NAICM que ya ha excedido sus costos y sus plazos, y que tienen además potenciales efectos peligrosos en materia social y ambiental. Probablemente las opciones terminen planteándose entre distintas modalidades respecto al NAICM, buscando resolver al menos en parte las diferentes objeciones que se plantean.

Dos temas que no se refieren solamente al nuevo aeropuerto, sino a definiciones sustanciales del quehacer político y de los rasgos del nuevo régimen están empero imbricados en la discusión del NAICM. Primero, el tema de la consulta ciudadana y, segundo, el tema de la centralización o descentralización de actividades económicas, funciones gubernamentales y ámbitos de participación, privada, social y ciudadana. Ambos temas serán el centro de mis reflexiones en mi próxima entrega.

Efemérides 1: El Batallón de San Patricio era una unidad militar compuesta de varios cientos de inmigrantes europeos que lucharon en el Ejército Mexicano contra la invasión de Estados Unidos de 1846 a 1848. Los efectivos del Batallón de San Patricio eran desertores del ejército de Estados Unidos, formado principalmente por inmigrantes de origen irlandés y alemán, además de una minoría de canadienses, ingleses, escoceses, polacos, franceses, italianos y algunos extranjeros residentes en México, la gran mayoría católicos. Tomaron el nombre del santo patrono de Irlanda. Estos patriotas mexicanos por adopción libraron una gran batalla en Churubusco el 20 de agosto de 1847. (Basado en Wikipedia).

Efemérides 2: El 13 y el 27 de agosto de 1968 se desarrollaron dos de las mas grandes manifestaciones del movimiento estudiantil. La tercera y desde el punto de vista de fuerza real y simbólica la mas importante ocurrió el 13 de septiembre, la llamada marcha del silencio. Pero el hecho sobre el quisiera llamar la atención es que hace unos días habría cumplido años el ingeniero Heberto Castillo, personaje clave del movimiento de 1968 como profesor universitario y luego figura esencial de la izquierda que emergió en los años 70.

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