Opinión
Ver día anteriorJueves 23 de agosto de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Mi regreso a México
H

oy México vive una nueva realidad. La voluntad de cambio del pueblo en las pasadas elecciones se expresó en un grito aplastante para exigir la transformación profunda de la marginación, explotación y abandono de los grandes núcleos de la población hacia una sociedad con igualdad, justicia, respeto y oportunidades que permitan salir del atraso y terminar con la corrupción y la inseguridad.

En estas condiciones mi regreso a México genera gran satisfacción y confianza para contribuir a lograr una democracia más efectiva, la prosperidad y la paz en nuestro país, ideales por los cuales he luchado siempre. Mi familia, que incluye a mis compañeros mineros, a mis amigos y a todas las personas que durante años participaron para lograr este triunfo democrático, son la fuerza, el entusiasmo y la visión que nos une para retomar el camino correcto de México.

El Sindicato Minero y su digna, valiente y ejemplar lucha por defender los derechos laborales y humanos de los trabajadores, ha sido inspiración mundial para quien defiende con honestidad sus ideales. A ellos, mi reiterado agradecimiento y compromiso por la solidaridad, humanidad y amistad que ofrecieron.

Atrás quedan los seres miserables que no alcanzan la categoría de hombres; pobres en dignidad y humanidad, se ven como lo que siempre han sido: entes vacíos de calidad ética o moral. Nunca, ni en los peores momentos, nos pudieron quebrar, la casta que ha distinguido a nuestra organización nos mantuvo de pie. Jamás nos hincamos ante nada ni nadie y hemos caminado erguidos y seguros con la frente y el orgullo muy en alto.

Hoy, con la fuerza y dignidad elevadas, puedo decir que actuaremos en las instancias legales con transparencia para seguir siendo un ejemplo de democracia y orgullo sindical. Como trabajadores, mineros, políticos y como seres humanos, somos de buena ley y estamos a la altura del momento histórico que juntos ya iniciamos con la decisión abrumadora del pueblo.

Gracias a experiencia, conocimientos y a la convivencia con la clase trabajadora y los movimientos sociales, académicos e intelectuales que han estado con nuestra lucha, logramos enfrentar con gran altura, valor e inteligencia el perverso y abrasivo contexto económico, social y político de opresión y difamación que nos obligó a salir de México, pero en realidad nunca abandonamos nuestra patria ni la causa que defendemos.

Desde el Senado contribuiré a impulsar el cambio de política económica para recuperar el potencial de México, su capacidad creativa y productiva para disminuir la insultante desigualdad social. Es decir, un nuevo modelo de responsabilidad compartida para una similar prosperidad.

Andrés Manuel López Obrador, nuestro presidente electo, ha contado con todo nuestro apoyo para construir y consolidar la plataforma de desarrollo integral y sostenible de la nación. Los seudo liderazgos desperdiciaron oportunidades para nuestro país y no reconocieron ni valoraron las capacidades del pueblo; hoy su pequeñez, miopía y avaricia son evidentes.

Iniciaremos al lado de López Obrador una etapa para reconstruir a México desde sus bases, con trabajo, inteligencia, creatividad y alegría, así como con diálogo sobre lo que mejor conviene. Nunca he abandonado ni traicionado a los mineros. Seguiré fiel a mis principios e ideales frente a todos los mexicanos.

Invito a líderes de cualquier ámbito a cerrar filas y sumar esfuerzos para responder a la oportunidad histórica que tenemos y a la demanda inaplazable de dirigir a la nación mexicana a ser la potencia que merece con dinamismo económico, una franca y grande amplitud de oportunidades referentes al mundo de lo que sí es posible, especialmente cuando nos guían las causas más nobles frente al proceso de globalización.

Lo ha señalado López Obrador: como mexicanos tenemos una gran riqueza cultural. Contamos con importantes recursos naturales, un territorio privilegiado, mano de obra muy calificada; sin embargo, ha faltado rectitud en la gobernanza.

Podemos decir a los mexicanos que tengan confianza y paciencia. Hay liderazgo y buena fe, sumado al contundente apoyo de todos seguiremos haciendo historia. Hay que reconstruir juntos al México que estaba esperando ser impulsado desde hace mucho tiempo hacia una nueva etapa de bienestar, seguridad y prosperidad.