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Enrique Zapata Pérez

Se resisten instituciones a compartir datos porque temen perder su poder

La Plataforma Digital Nacional enfrenta graves retos y carencias, afirma el nuevo titular del organismo

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▲ Otros desafíos para la PDN son la falta de calidad de algunas bases de datos gubernamentales y la interoperabilidad entre ellas para que los usuarios puedan cruzar información e identificar posibles actos de corrupción, señala Enrique Zapata.Foto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Viernes 17 de agosto de 2018, p. 5

La creación de la Plataforma Digital Nacional (PDN) –uno de los proyectos más ambiciosos generados en el marco del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA)– enfrenta diversos retos; entre los principales está la reticencia de algunas instituciones a compartir sus datos con las demás, en la lógica de que si lo hacen pierden poder.

Afirmó lo anterior Enrique Zapata Pérez, nuevo titular del proyecto, quien señaló que otros desafíos importantes son la falta de calidad de algunas de las bases de datos gubernamentales que serán parte de esta iniciativa, y la interoperabilidad entre las mismas para que los usuarios sean capaces de cruzar datos e identificar posibles actos de corrupción.

En entrevista con La Jornada, el funcionario recordó que la PDN está planteada como una red para interconectar los datos de seis sistemas de información oficiales, relacionados con declaraciones patrimoniales, contrataciones públicas, servidores públicos involucrados en ellas, funcionarios y particulares sancionados, quejas y denuncias ciudadanas, así como datos sobre la comunicación entre el SNA y el Sistema Nacional de Fiscalización.

Desde hace un año, explicó Zapata, la Secretaría Ejecutiva del SNA empezó a realizar los trabajos preparativos para crear la plataforma, como contratar al personal necesario para operarla, adquirir los equipos de cómputo y oficinas y realizar una serie de mesas de diálogo con entidades de gobierno y grupos de la sociedad civil para saber cuáles son sus necesidades.

De igual forma, se encomendó al Centro de Investigación y Docencia Económicas un estudio para definir cuál es la mejor forma en que los seis sistemas que serán la base de la PDN deben interactuar.

A partir de ello, Zapata Pérez consideró que uno de los principales obstáculos para continuar la labor y darle forma a la PDN es la reticencia cultural que persiste en muchos organismos de gobierno para compartir las bases de datos que han logrado sistematizar.

“La información es poder, y cuando alguien la comparte, está dando algún poder que podría conservar. Además, hay ‘usos y costumbres’ de décadas pasadas donde la tecnología y los sistemas de información no se pensaban como ahora, con la idea de compartir, interoperar y colaborar. Es un poco generacional, y cuando tratas de combatirlo, te encuentras con esa barrera cultural”, indicó.

Al mismo tiempo, sigue existiendo un problema de falta de calidad en algunas de las bases de datos generadas por las instituciones y, por ende, un temor a que otros organismos lo noten si esa información es compartida. Sin embargo, siempre es mejor sacar y compartir datos, aunque sean imperfectos, a tenerlos completamente cerrados en una computadora.

Otro factor que podría incidir en la agilidad con que se realice el trabajo de la PDN es el de los recursos, siempre limitados para un proyecto de esta magnitud, pero el propósito es que no sea una plataforma que cueste miles de millones, sino reusar los componentes que existen y darles interoperabilidad, enfatizó.

Propone aplicar los estándares internacionales

Para que los sistemas de datos puedan entrecruzarse, agregó el especialista, tampoco es necesario reinventar el hilo negro, sino seguir lo que establecen los estándares internacionales en la materia, sobre todo homologar y estandarizar la forma en que se captura y analiza la información a escala nacional.

El nuevo encargado del proyecto indicó que en septiembre próximo se realizarán talleres con usuarios para recoger sus opiniones y necesidades, y en diciembre ya estarán en condiciones de lanzar una primera versión de la PDN en versión alfa, es decir, una especie de programa piloto que se va a ir mejorando y puliendo hasta llegar a un esquema más eficiente.

No obstante, la plataforma nunca podrá declararse como una herramienta completamente terminada, sino como nuevas versiones que mejoran lo anteriormente alcanzado. Lo vemos como un proyecto de nación a largo plazo, que se llevará entre 10 y 15 años, y en la que van a colaborar varias administraciones en diversos momentos.

Tras destacar que el próximo gobierno representa una oportunidad inmejorable para consolidar la PDN –por la prioridad que tiene la lucha anticorrupción en el discurso de Andrés Manuel López Obrador–, Zapata Pérez consideró que la única forma de evitar que el proyecto fracase es demostrar su utilidad.

Hay que mostrar resultados concretos de impacto de la plataforma, como investigaciones periodísticas que desenmascaren actos de corrupción, recalcó.