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El enigmático universo de Carrington aguarda al público en el MAM

En el recinto, magna exposición por el centenario natal de la surrealista

Foto
Lepidóptera, 1968, obra de Leonora Carrington alusiva a la gesta estudiantil que cumple medio siglo, creada el 13 de agosto de ese año, e incluida en la muestra; y un aspecto de la exhibición.Foto Adolfo Cervantes y Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Martes 14 de agosto de 2018, p. 5

La magna exposición Leonora Carrington: cuentos mágicos, montada en el Museo de Arte Moderno (MAM), reúne un universo enigmático de seres fantásticos y criaturas híbridas que protagonizan complejos rituales.

Dibujos, pinturas, esculturas y máscaras, así como gabinetes con fotografías y cartas de la pintora surrealista, integran esa muestra con la que culminan los actos conmemorativos por el centenario del nacimiento de Leonora Carrington (1917-2011).

El recorrido se inicia con el autorretrato de Leonora Carrington (1917-2011), La posada del caballo del alba (Inn of the Dawn Horse, 1937-1938), perteneciente a la colección del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, que por primera vez se exhibe en México.

El cuadro presenta a una joven Leonora, con melena abundante como la de un equino, pues de acuerdo con los expertos ese animal fue su alter ego. Frente a ella está una hiena con ojos de humano y pechos, en alusión a la sexualidad.

Detrás de la artista, quien está sentada en una silla elegante, hay un caballo para balancearse fijo en la pared, y por una ventana se observa a otro que galopa libre entre muchos árboles. La cédula describe que vemos una joven y liberada Carrington, quien ha dejado atrás su sofocante entorno británico y ahora vive una libertad sexual y creativa, al lado de su amante Max Ernst.

Esa pintura fue un regalo de Leonora a Ernst, quien la dejó en custodia de Pierre Matisse, galerista en Nueva York.

Fusión de mitos y leyendas

En las dos salas de la exhibición el público es cautivado por esas criaturas híbridas y seres con máscaras o rostros de aves.

‘‘Las historias arquetípicas de la humanidad resonaron en su desbordante imaginación y la orientaron a repasar las civilizaciones ancestrales: Mesopotamia, Persia, Egipto y Grecia, principalmente. Carrington investigó esos temas a lo largo de su vida, creando un complejo simbolismo que otorga a sus obras una cualidad críptica y misteriosa, donde los mitos y leyendas se fusionan y se transforman mutuamente”, se lee en un muro de la exposición.

La muestra incluye obras como Memorias de abajo, 1940, en las cuales la artista da cuenta de su descenso a la locura, tratamiento y recuperación, pues Carrington sufrió un colapso nervioso y fue internada en una clínica siquiátrica de Santander, España.

También se puede apreciar su muñeca pájaro y el cuadro ¿Vas en serio-Sirio?, que llama la atención por ser un espacio ritual en forma de círculo, rodeado de columnas y en el cielo brilla la estrella Sirio; el acceso es custodiado por tres perros monumentales.

Son 230 piezas divididas en ocho núcleos y un gabinete de fotografías que revelan a una Leonora vista desde otras perspectivas. El espectador conocerá los inicios de la pintora, su vida en Francia y Nueva York, su relación con los animales, su acercamiento a las religiones y su imaginación narrativa en teatro, cine y literatura.

En el apartado El misterio de la Diosa Blanca se explica que desde la infancia Carrington mostró una actitud de rebeldía ante las normas sociales y que leyó libros como El caldero de oro, de James Stephens, que confronta el papel del patriarcado y el de la mujer, implantando en la artista las primeras semillas de su pensamiento feminista. También se describe cómo adoptó la creencia prehispánica de que todos tenemos un nahual: un doble animal.

Como parte de la magna exposición en los jardines del MAM se escenifican tres fragmentos de la obra de Carrington, Opus Siniestrus, escrita en 1969, con máscaras y vestuario diseñado por la pintora, en una producción de la Coordinación Nacional de Teatro y la Escuela Nacional de Arte Teatral.

El coordinador nacional de Teatro del INBA, Alberto Lomnitz, explicó que el montaje –con costo adicional a la entrada a la exposición– es ‘‘una obra surrealista fascinante, con mucho sentido del humor e imaginación delirante. Más que hacer una puesta en escena, quisimos que se integrara a la exhibición en una especie de recorrido por tres pequeños fragmentos que dan idea del imaginario de Leonora, del texto dramático que escribió, del vestuario y los títeres que se usan basados en diseños originales de la artista. Es una manera de ver su estética e imaginación”.

Lomnitz dijo que ese texto es muy contemporáneo, porque Carrington ‘‘era una gran feminista que habla sobre la extinción de las mujeres a manos de la ciencia y de los hombres y de un esfuerzo por rescatar al género femenino. Es una obra que habla de una humanidad exterminando mujeres”.

Leonora Carrington..., en el Museo de Arte Moderno (Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec), concluirá el 23 de septiembre.