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Balance de la jornada

Más movimientos en la cúpula de Chivas que en el plantel

E

s indignante lo que acontece con las Chivas. Mientras en la cancha el disminuido equipo se debate semana a semana aferrado a una propuesta ofensiva, pero sin poder conseguir un triunfo, el dueño se dedica a quitar y poner directivos, lo que no hace sino reflejar la crisis que afecta al popular Guadalajara, donde el gran vencedor parece ser José Luis Higuera, ahora casi tutor de Amaury Vergara.

La gestión de Jorge Vergara al frente del Rebaño, durante casi 16 años, fue más mediática que efectiva. Hoy el empresario, afectado en su salud, se hace a un lado y deja a la institución con graves deudas bancarias. Cede las ruinas del que fuera el equipo más caro de la Liga Mx a su hijo Amaury, pero el heredero (con estudios de cine) es un neófito, e Higuera se confirma como el hombre fuerte de la escuadra tapatía.

Para la afición, que poco a poco toma distancia del club, no resulta grato el nombre de Higuera, ya que su más reciente labor consistió en echar al técnico Matías Almeyda y desarticular la columna vertebral con la venta de Rodolfo Pizarro, Rodolfo Cota y Oswaldo Alanís. Cuando el nuevo entrenador, José Saturnino Cardozo, buscó a Higuera para pedir un mínimo de inversión, recibió tajante negativa.

A partir de que Jorge Vergara tomó las riendas del Rebaño, en 2002, solamente ganó dos títulos de Liga: el Apertura 2006 y el Clausura 2017, se adornó con la Copa Mx en el Apertura 2015 y el Clausura 2017. Asimismo, la Supercopa 2016, y conquistó la Concachampions en 2018. Casi todos esos logros fueron bajo la batuta de Almeyda, despedido del timón en junio.

El viernes, Amaury Vergara aseguró que Chivas tiene buenas finanzas, muy sólidas. Y aunque en tono ufano dijo que el equipo es tan mexicano como el chile y las tortillas, puntualizó que se trata de una empresa familiar, toda vez que en el consejo de administración también quedaron sus hermanas Kenya Vergara, Yelena Povaguina, el cuñado, el primo, el tío… Pobres Chivas.

Alguien que por fin se convenció de que administrar equipos de futbol a capricho suele ser contraproducente fue la directiva de Cruz Azul. Billy Álvarez dio la estafeta a su hijo Robin, pero nada bueno pasó hasta que contrataron a Ricardo Peláez. Hoy los celestes tienen ilusionada a su afición con el mejor inicio de campaña logrado en mucho tiempo: tres victorias al hilo.

Sin embargo, La Máquina ha obtenido esos triunfos por mínimo margen, apenas 1-0, excepto la goleada sobre Puebla en la que la escuadra cementera se vio favorecida por el arbitraje, lo que molestó profundamente al técnico Enrique Meza. Lo que sí puede presumir por ahora es una defensa sólida, ya que el equipo de Pedro Caixinha no ha recibido anotaciones.

El público celeste retornó con singular entusiasmo al estadio Azteca y supera las entradas del América. Quizá no hacía falta incendiar los ánimos, como hizo Caixinha esta semana, al decir que la Federación Mexicana de Futbol (FMF) no debe rogar a Ricardo Tuca Ferretti y que Tigres no es un equipo grande, porque a fin de cuentas los de la Universidad Autónoma de Nuevo León han ganado muchos títulos en recientes torneos, mientras los cementeros apenas intentan levantar la cabeza.

Monterrey y Pumas son los otros equipos que sonríen. Pero ambos están curados de esa felicidad que ahoga antes de tiempo. Los Rayados ya fueron superlíderes y se quedaron con las manos vacías. Los auriazules suelen procurarse al inicio un buen colchón de puntos y, rumbo a la liguilla, se desinflan. Atlas espera que el arribo de Rafael Márquez sea el envión que motive al deprimido plantel.

Como en los Juegos Centroamericanos, de nuevo las mujeres dan la nota alegre. El equipo Sub-20 que participa en el Mundial de Francia venció por primera vez a Brasil. La FMF sigue en deuda con ellas; las chicas de la Liga Mx perciben un sueldo miserable. Tigres es de los pocos que ha invertido, contrata a las mejores y les paga bien, no es casual que en tierras galas las tigrillas hayan brillado en el triunfo ante la canariña.