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Arte y Tiempo

Microteatro

L

a necesidad, la situación económica y el ingenio han hecho que muchos teatristas busquen nuevas y diferentes modalidades de hacer teatro. Una de estas es el llamado microteatro, que consiste en adecuar, más o menos, una casa habitación para que deje de serlo y sus diferentes espacios, las recamaras principalmente, se conviertan en escenarios.

A la adecuación física debe corresponder la adecuación dramatúrgica y de escenificación, lo que abre espacios para una, si no nueva, si poco utilizada forma de creación de literatura dramática, piezas de no más de unos 15 minutos de duración, con independencia del género y formato que se use. Una obra puede ser comedia, tragedia o melodrama, e igualmente monólogo o requerir de cinco o más actores. Lo que importa es la extensión, que sea de tal manera breve que quepa sin problema en la denominación de micro.

Una vieja casa, a la que su propietaria denomina Micro Teatro México, funciona de martes a domingo sin interrupción, de siete a 12 de la noche.

En lo que resta del mes se presentan 24 obras que, por supuesto, es imposible ver en una sola jornada. De un tirón pueden verse unas cinco; esto porque, por ejemplo, una empieza a las siete de la noche y la que le sigue a las siete y 25, o sea que entre el final de la primera y el inicio de la segunda se consumieron ya 25 minutos, y cuando ésta termine habrán transcurrido ya 40. Empero, la tercera que se desee ver puede comenzar a las ocho, y esto quiere decir que para verla se tiene que esperar 20 minutos.

Por supuesto, hay grandes desigualdades en todos sentidos entre unas y otras obras y su presentación, lo que nos puede deparar una estupenda noche, una regular o, definitivamente una que nos haga lamentar haber asistido.

En mi caso disfruté dos muy bien escritas y presentadas: Omnipotente, de Elizabeth Llanos, actuada por Carlos Gavira, y Qué mala suerte la mía, de José Gregorio Rodríguez, con la actuación de Maité Urrutia; una más o menos, Jesu Krishna, atribuida a Lulo PR (me imagino que es un seudónimo), en la que participan cinco jóvenes actrices, y una francamente mala, tanto en su escritura como en su presentación, Encarnación, la diosa de la carne, cuyo resultado escénico me sorprendió porque la dirección se la achacan al muy buen actor y director Víctor Carpinteiro, cuyo desempeño siempre he valorado de manera positiva.

Como puede verse, haciendo un símil con el beisbol, dos carreras, un pase por bolas y un strike, o sea, un balance positivo.

Sin embargo, puede ser que usted corra con mejor suerte y, más allá de los resultados, lo que si es seguro es que se enfrentará a una propuesta teatral diferente y creativa .

Micro Teatro México se ubica en Roble 3, callecita bastante desconocida que desemboca en Insurgentes y queda a una cuadra –caminando hacia el sur– del Metrobús Buena Vista y a dos cuadras del Metro del mismo nombre.