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Elecciones 2018

Reconoce el triunfo del tabasqueño

Por el bien de México, le deseo a López Obrador el mejor de los éxitos: Meade

Se entregará al próximo gobierno una economía fuerte y sana; agradece postulación al PRI

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▲ José Antonio Meade Kuribreña, con su esposa, Juana Cuevas, al anunciar que las tendencias del voto no lo favorecían, en la sede del PRI.Foto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de julio de 2018, p. 6

En una decisión sin precedentes para un candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade Kuribreña reconoció ayer, al cierre de casillas, su derrota y señaló que de acuerdo con las tendencias electorales, Andrés Manuel López Obrador obtuvo la mayoría, tendrá la responsabilidad de conducir el Poder Ejecutivo y, por el bien de México, le deseo el mayor de los éxitos.

Poco después de las ocho de la noche, Meade emitió un mensaje a la nación:

Las tendencias del voto no nos favorecen. Por la información que ha venido haciéndose pública, la coalición Todos por México no es la triunfadora en este proceso.

En contraste con la primera derrota histórica del PRI, en 2000, cuando Francisco Labastida Ochoa se presentó casi a la media noche para aceptar los resultados de la elección, ayer el ex secretario de Hacienda decidió salir antes del anuncio oficial del conteo rápido.

Expresó que más allá del resultado, a partir de este lunes debe continuar la construcción de la nación, porque aunque tengamos visiones diferentes, todos buscamos un mejor país. México es y debe estar unido.

Y le deseó nuevamente mucho éxito al nuevo gobierno y por el bien de nuestro país, que merece que se gobierne con responsabilidad.

Ayer domingo, arrastrado por el descontento social, la violencia, los escándalos de corrupción y la problemática de miles de desaparecidos, que hizo crisis con los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el PRI perdió nuevamente la Presidencia de la República y se desplomó hasta ubicarse como la tercera fuerza política nacional.

Como en 2000 y 2006, el tricolor revisará las causas del por qué los ciudadanos le dieron la espalda e iniciará un proceso de restructuración, según anunció su presidente nacional, René Juárez Cisneros.

En la sede nacional del tricolor, antes de anunciar que tomará unos días para valorar su futuro, Meade Kuribreña se refirió a lo que, desde su punto de vista, es el país que se entrega a López Obrador: una economía fuerte y sana, con 34 trimestres de crecimiento.

Luego de comer en casa de sus padres, Meade se trasladó al PRI en un auto conducido, desde San Ángel hasta Buenavista, por el titular de la Secretaría de Hacienda, José Antonio González Anaya. En el asiento posterior iba la jefa de su oficina de campaña, Vanessa Rubio.

Los tres arribaron a la sede el partido a las cuatro de la tarde. Desde ese momento, y cuando ya se habían recibido los primeros cuatro cortes de las tendencias de votación, con cifras desfavorables, le informaron de la situación al presidente Enrique Peña Nieto, comentó un viejo priísta.

De inmediato, en medio de la pesadumbre, se comenzó a valorar si se presentaba ante los medios de comunicación apenas cerraran todas las casillas del país.

El último reporte negativo, que se recibió a las seis de la tarde, detonó la decisión.

Así, en la carpa de prensa montada en el estacionamiento del PRI –donde esta vez no se acercaron las fuerzas vivas del priísmo– Meade reconoció a quienes lo postularon, y cuando nombró a su esposa, Juana Cuevas, se le quebró la voz.

También agradeció a sus hijos y a sus padres el respaldo que le dieron, y concluyó: Me voy como llegué a este proceso, con la frente en alto y el corazón lleno. Saludé a miles, llegamos juntos a este espacio después de un largo andar. El camino sigue y estoy seguro que ahí nos volveremos a encontrar.

Después del mensaje de Meade, el presidente del PRI, René Juárez Cisneros, reconoció al candidato por aceptar esa responsabilidad cuando el partido atravesaba por una enorme adversidad.

Señaló que las encuestas de salida favorecen al ciudadano Andrés Manuel López Obrador, e hizo el compromiso de que el PRI se mantendrá como factor de unidad y estabilidad, y nunca de instrumento de división o de discordia; nadie tiene derecho a dividir y a enfrentar a los mexicanos.

Juárez Cisneros, quien tomó la estafeta a media campaña con el propósito de enderezar la estrategia y recuperar a los militantes que se habían alejado, dijo: En la democracia se gana y se pierde. Hoy México votó, hoy México decidió.

Anunció que en los próximos días convocará a una profunda reflexión, donde en un ejercicio de autocrítica madura y responsable, analicemos las razones por las que hoy no merecemos el respaldo ciudadano.

En tanto se realiza ese ejercicio, Juárez Cisneros hizo un llamado a la necesaria unidad priísta, porque de las nueve gubernaturas en juego sólo habrían ganado Yucatán.

Concluido el mensaje de ambos, Meade y su esposa se retiraron hacia el edificio dos del PRI. Sus colaboradores le gritaron: ¡Te queremos, Pepe, te queremos! Con la cabeza inclinada, algunos comenzaron a llorar.

La marcha desde el estacionamiento a las oficinas de la presidencia del PRI, fue en silencio.

Entre los rezagados, Augusto Gómez Villanueva, ex líder cenecista con 55 años de militancia, dijo que nadie en el PRI puede salir contento de la jornada electoral.

–¿Se levanta el PRI de esta derrota?

–Claro. En este momento hay grandes transformaciones en el mundo que han dado fin a los partidos históricos, pero el PRI ha sabido sobrevivir.