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Elecciones 2018
Con Castellanos, el PVEM busca retener el gobierno de Chiapas

Velasco operó para romper la coalición con PRI y Panal

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▲ El gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, durante un informe de labores de Fernando Castellanos Cal y Mayor, cuando era edil de Tuxtla Gutiérrez.Foto Óscar León
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 26 de junio de 2018, p. 26

San Cristóbal de Las Casas, Chis.

Con el rompimiento a última hora de la coalición Todos por Chiapas, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) busca retener su única gubernatura en el país, con su candidato Fernando Castellanos Cal y Mayor, alcalde con licencia de Tuxtla Gutiérrez, cercano al mandatario Manuel Velasco Coello.

Desde el inicio del proceso, marcado por polémicas, impugnaciones ante los tribunales para poner o quitar aspirantes y por escasos actos de campaña respecto de votaciones anteriores, Velasco Coello buscó colocar a su amigo y ex secretario de Gobierno Eduardo Ramírez Aguilar, entonces dirigente estatal del PVEM y presidente del Congreso local, como abanderado al gobierno estatal por la coalición Todos Somos Chiapas.

La alianza integrada por PRI, Panal, PVEM, Podemos Mover a Chiapas y Chiapas Unido, estos dos últimos de registro estatal, había inscrito a Roberto Albores Gleason como abanderado. El senador priísta con licencia fue sostenido desde el centro del país, sobre todo por su amigo, el entonces dirigente nacional del tricolor, Enrique Ochoa, por lo que aprovechando errores los partidos afines al gobernador, PVEM, Podemos Mover a Chiapas y Chiapas Unido, impugnaron la coalición.

Debido al litigio en los tribunales y a que los tiempos se agotaban, Ramírez Aguilar renunció a la dirigencia estatal del PVEM con el argumento de había una imposición desde el centro y negoció con Morena, que lo registró como candidato de la coalición Juntos Haremos Historia al Senado.

La lucha política y jurídica continuó entre los partidos controlados por el gobernador y el PRI, hasta que los tribunales ordenaron la disolución de la alianza y, después de diversos fallos, el 25 de mayo –35 días antes de los comicios–, el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), registró a Castellanos, otra de las cartas de Velasco, como candidato común de estos tres partidos al gobierno.

Para el ex priísta José Antonio Aguilar Bodegas, aspirante de Por Chiapas al Frente (PAN-PRD-MC) la ruptura de la coalición es absolutamente contra la ley, lo que ha ocasionado enfrentamientos entre militantes de ambas alianzas en La Concordia, La Trinitaria y Chilón, por la disputa del poder municipal.

Velasco Coello ganó las elecciones de 2012 postulado por la coalición PVEM-PRI-Panal, con más de un millón 300 mil votos frente a 348 mil de María Elena Orantes, postulada por PRD-PT-MC. Así, el Verde obtuvo su primera y única gubernatura en el país.

Con línea de la dirigencia nacional, pretende mantener esta gubernatura, con Castellanos Cal y Mayor. Por ello, operó para romper la coalición Todos Somos Chiapas, que de todos modos inscribió a Albores Gleason, sólo por el PRI y el Panal, lo que le ha restado muchas posibilidades de triunfo. El tricolor perdió la gubernatura en Chiapas desde 2000.

En las elecciones del 1º de julio serán electos el gobernador, 40 diputados y 121 de los 124 ayuntamientos. Los candidatos a gobernador son, además de Castellanos Cal y Mayor, Albores Gleason y Aguilar Bodegas, Rutilio Escandón Cadenas, de Morena-PT-PES, y el independiente Jesús Alejo Orantes, quien también dejó el PRI.

En aparente desventaja por ser registrado apenas 35 días antes de los comicios, pero con todo el apoyo del partido oficial, Fernando Castellanos, cuestionado por su trabajo al frente de la alcaldía capitalina, mostró fuerza como el candidato del gobernador, el 26 de mayo, un día después de su inscripción formal, en el municipio tzotzil de Chamula, donde abrió campaña y reunió a miles de indígenas, con su lema: La fuerza que nos une.

Cobijado por el aparato oficial y en medio de un notorio uso de recurso, Castellanos recorre el estado para posicionarse y ganar los comicios de la mano de su amigo, el gobernador.

Según Aguilar Bodegas, se prepara una “elección de Estado; vemos una ostentación espantosa con 17 camionetas Suburban, guardias armados en el convoy de Castellanos; en pocos días se rebasaron los topes de campaña. Acusó que se entregan vales, cemento, varillas y láminas. La población está temerosa, confundida, no entiende lo que pasa; es un caos.

Tras el rompimiento de la coalición Todos por Chiapas y con las posibilidades de triunfo mermadas, Albores Gleason intensificó su campaña con su lema: Ni me asusto ni me rajo.