En México los adultos mayores son el grupo de edad más interesado por el futuro político del país. De acuerdo con el desglose de los resultados de las elecciones de 2009, 2012 y 2015, los ciudadanos de entre 60 y 79 años –que conforman alrededor del 11 por ciento del listado nominal– reportan los niveles más elevados de participación de manera consistente, que se ubican entre 12 y 15 puntos por arriba del promedio de asistencia a las urnas en cada uno de esos comicios.

De acuerdo con las cifras sobre participación del Instituto Nacional Electoral –anteriormente Federal– se desprende, por ejemplo, que en los pasados comicios federales, a los cuales asistieron a las urnas 47.9 por ciento como promedio nacional, en el caso de los ciudadanos de entre 60 y 74 años alcanzaron una media de 63 por ciento, esto es, 15 puntos porcentuales por arriba de la asistencia promedio a las urnas.

Las diferencias respecto de otros grupos etarios se acentúan particularmente en elecciones intermedias: en 2015, el porcentaje de asistencia a las urnas de los adultos mayores casi duplicó el registrado por los jóvenes entre 20 y 29 años de edad. Según los datos oficiales del INE, en este caso la participación fue de tan sólo 34 por ciento como promedio nacional, aunque en el desagregado estatal fue aún más pronunciada la diferencia.

Y es que hay entidades donde la asistencia a las urnas sobresale sustancialmente, en especial el caso de Yucatán, donde la participación de los adultos mayores registró proporciones equiparables a comicios presidenciales en ese estado, pues alcanzó 82 por ciento.

A pesar de que comúnmente en elecciones intermedias se genera un desinterés, no es el caso para los adultos mayores, y en especial en algunos estados donde se reportaron participación superior a 70 por ciento, como Campeche y estado de México

Este comportamiento electoral ha sido recurrente, pues es una constante en 2009 y 2012, según se desprenden de los resultados oficiales de los comicios. En la pasada elección presidencial se registró una asistencia a las urnas de 62.7 por ciento del listado nominal, pero en la que también se reportaron niveles de participación de los adultos mayores por arriba de la media, es decir, alrededor de 74 por ciento, esto, es 12 puntos porcentuales por arriba.

Un caso similar se registró en 2009: con una asistencia a las urnas de 44.6 por ciento, los ciudadanos mayores a 60 años acudieron en una proporción de 59 por ciento, es decir, 15 puntos porcentuales por arriba, tal como ha ocurrido en las dos elecciones subsecuentes.

De los resultados electorales en estos tres comicios se desprende que sólo hay una excepción entre los adultos mayores y corresponde a quienes tienen 80 años y más, en los cuales sí se aprecia una caída acentuada en el ejercicio del voto. En los tres comicios, este sector reporta una participación incluso por abajo de la media nacional: en 2009, con 12 por ciento; en 2012, con 31 por ciento, y en los comicios de 2015 se registró 40 por ciento de asistencia a las urnas.