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Messi falla un penal

Islandia exhibe las carencias de Argentina y saca el empate

Agüero adelantó a la Albiceleste y Finnbogason selló la igualada

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▲ Los aficionados argentinos arroparon a Messi luego de que falló el penal ante los vikingos.
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de junio de 2018, p. 2

La presión de cargar con una selección de tradición cayó como loza sobre Lionel Messi, quien falló un penal y sentenció el amargo empate 1-1 de Argentina con Islandia en su debut en Rusia 2018. La subcampeona dominó, pero se estrelló contra un muro islandés, donde el arquero Hannes Halldórsson fungió como héroe.

De poco sirvió el gol con el que Sergio Agüero abrió el marcador al minuto 19, ya que los sudamericanos no supieron mantener esa ventaja, mostraron sus debilidades defensivas y en cuatro minutos Islandia igualó por conducto de Alfred Finnbogason.

La estrategia de Argentina fue predecible, jugar a la ofensiva, dominar la cancha y cerrar con Messi, esquema que resultó decepcionante.

Islandia, con menor técnica futbolística, contrarrestó con un cerrojo defensivo. Era su primer Mundial, no tenía estrellas en su alineación, pero a diferencia del rival, supo jugar en conjunto. Además, el imponente grito vikingo en las gradas del Spartak de Moscú fue el condimento para alentarlos.

La Albiceleste controló desde el inicio, pero el sufrimiento también la acompañó. Le costó trabajo acercarse al área del rival, aunque Sergio Agüero aprovechó una de esas llegadas para anotar su primer tanto en los tres mundiales en los que ha participado.

El Kun Agüero rescató un balón en el área, dio una media vuelta y soltó un potente disparo a bocajarro. Los albicelestes celebraron, los hinchas se pusieron de pie en las gradas, confiaban en que sacaría el triunfo con parsimonia, tal como la historia le exige a la dos veces campeona mundial Argentina.

Subestimaron al rival y los islandeses igualaron enseguida. El arquero Willy Caballero falló en un rechace, dejó vivo el balón y Alfred Finnbogason rescató el esférico para definir ante la zaga. Fue un gol inesperado que los vikingos festejaron como si tocaran la gloria, al tiempo que dejaron al descubierto las fallas en la defensa argentina.

El conjunto albiceleste se arrojó al ataque, controlaban el balón y esperaban a los chispazos de la magia de La Pulga, pero el propio Messi estaba maniatado y no podía conectarse con su equipo. Los vikingos pusieron en apuros a los sudamericanos en algunas ocasiones al aprovechar los espacios.

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En un ataque de Argentina, el balón pegó en la mano del defensa islandés Gylfi Sigurdsson y todo el banco albiceleste pidió penal, o al menos revisión con el VAR. Pero el árbitro polaco Szymonn Marciniak cobró tiro de esquina.

Willy Caballero atajó un peligroso disparo de Gylfi Sigurdsson poco antes del descanso. Diego Armando Maradona miraba con angustia, desde un palco, el partido al tiempo que fumaba un puro, Argentina no parecía caminar hacia el triunfo.

La tensión inundó el estadio al minuto 62, cuando Hördur Björgvin Magnússon cometió una falta sobre Maximiliano Meza dentro del área. Ahí estaba la oportundiad de Argentina para encumbrarse con el triunfo, pero la presión le hizo una mala jugada a su capitán.

Lionel Messi tomó el balón y lo puso en manchón del punto de penal. El delantero se jugaba la victoria en ese disparo, lo sabía, pero también lo agobiaban las altas expectativas. La Pulga disparó, y lo hizo como pocas veces, con un tiro tímido que fue rechazado por arquero Hannes Halldórsson.

¡Messi, Messi!, cantó la afición albiceleste arropando a su estrella futbolística, quien acababa de cometer uno de los máximos pecados de cualquier jugador: fallar un penal en un Mundial.

Argentina se mantuvo al frente, era notoria su superioridad en la técnica para llevar el balón, pero Islandia ya conocía la fórmula para detenerlos; la férrea defensa. Con apuros, los albicelestes lograron llegar al área en pocas ocasiones y cuando lo hizo se topó ante un imponente Halldórsson.

En las gradas se vivía otra batalla, los vikingos conjuraban su grito de batalla; ¡uh, uh, uh!, resonaba con palmadas coordinadas. Los hinchas argentinos respondieron con cánticos en apoyo a su selección.

Con la presión a cuestas, Messi buscó las redes en los últimos instantes con disparos largos, potentes, pero con mala dirección. El silbatazo final llegó y el aturdimiento invadió a los argentinos.

Messi salió de la cancha consternado, molesto, su equipo que deslumbra con estrellas futbolísticas se vio opacado por la humilde Islandia. La subcampeona Argentina no pudo pasar del empate, por lo que dejó un rastro de dudas y decepciones.