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Ciudad perdida

La vicisitudes futuras del partido Morena // Muy pronto hará frente a su propio destino // Se alistan neotribus y fuerzas hegemónicas

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▲ Sede del Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento de Regeneración Nacional, en la calle Santa Anita, colonia Viaducto Piedad.Foto Cuartoscuro
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l partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), podría superar la elección que viene sin convertir su estructura en una verdadera organización política, ni en el país ni en la ciudad.

Carente de un perfil ideológico definido, Morena es hoy un agrupamiento gelatinoso, ideológicamente hablando. En su interior conviven la más disímbolas formas de pensar la política para el país. Tatiana Clouthier, representante de una derecha moderada que se niega a ser comparsa de la derecha canalla tiene a su izquierda a personajes con pedigrí de izquierda como el caso de Alejandro Encinas, firme militante de esas causas. La lista de este tipo de contradicciones es grande. Hoy todo lo que los une es una causa: La Presidencia de la República, pero el mañana es totalmente incierto.

¿Quienes se quedarán en Morena? Tal vez esa no sea la pregunta, la cuestión entonces debería ser: ¿Quien se quedará con Morena? Lo más probable es que Andrés Manuel López Obrador se desentienda de la organización política, y no se ve, por ningún lado, quién podría tomar la estafeta del partido, y menos aún qué rumbo podría tomar Morena después de la elección.

En la Ciudad de México, donde la intervención de agentes de la derecha no es tan visible porque su participación es muy baja, ya se perfilan tres grupos o neotribus que se disputarán todos los beneficios de ser, posiblemente, si las encuestas no fallan, las fuerzas hegemónicas. Por un lado Alejandro Encinas quien de ganar en la elección como diputado al primer congreso de la CDMX, se convertirá, muy seguramente, en el líder de la bancada en paralelo, Martí Batres que ya encabezó a Morena en esta ciudad, convoca a reuniones de simpatizantes para cohesionar filas, y, aunque hay muchos que no lo quieren reconocer, Andrés López Beltrán, hijo de Andrés Manuel, se ha ido posicionando como un factor importante dentro de la organización.

De esa forma, sin una idea concreta, Morena de enfrentará muy pronto a su propio destino, una formación amorfa que aún sin definirse en su horizonte ideológico, tiene la posibilidad de llegar a la Presidencia de la República, y a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, inundada de ideas contradictorias que podrían marcar un gobierno como el que comandó Miguel Ángel Mancera, sin rumbo ideológico y con los resultados vistos.

Es muy probable que hasta después de la elección se puedan definir muchas cosas, entre otras, quién se quedará en ese partido, o bien, quién se quedará con el partido, pero lo que hoy es urgente definir es si Morena es o no un partido de izquierda. ¿Será mucho pedir?

De pasadita

No hace tanto, en la delegación Cuauhtémoc, durante una de las visitas de Claudia Sheinbaum, se programó un paseo ciclista. Las bicicletas que irían a la izquierda y derecha de la candidata estaban listas a salir. A la derecha el fan número uno de Ricardo Monreal —quien por cierto a partir de hoy iniciará una serie de eventos por la ciudad, con aviesas intenciones—, Néstor Núñez, y a la izquierda el candidato a la diputación local José Luis Rodríguez.

Claudia tomó su vehículo, lo mismo Néstor, pero la bicicleta de José Luis había desaparecido, o mejor dicho, le había echado una fila atrás. José Luis trató de retornar el lugar, pero una muchacha con chaleco rojo, tomó la bicicleta de los manubrios y le dijo que tenía ordenes de no permitirle ir junto a la candidata. La muchacha era del equipo de Núñez que esa mañana se enteró que su correligionario tendría más votos que él. Eso es política.