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La medallista olímpica de Cuba promete grandes saltos en el Monumento a la Revolución

Ante los imposibles, la mentalidad y deseos de triunfar te sacan de abajo: Yarisley Silva
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La garrochista superó adversidades en una prueba que estuvo a punto de desaparecer en su paísFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de mayo de 2018, p. a16

Darle a Cuba la primera medalla olímpica en salto con garrocha llena de orgullo a Yarisley Silva más que haber vencido a la ahora retirada rusa Yelena Isinbayeva, en Londres 2012, para quedarse con la plata. Ese resultado como las preseas mundiales que ha ganado al aire libre y bajo techo le costaron sacrificio, esfuerzo y lágrimas. Era tanta su terquedad de practicar un deporte que a punto estuvo de desaparecer en su país al ver a una joven gordita y bajita, que soñaba con alcanzar grandes vuelos.

En la isla se tenía un antecedente con una saltadora de pértiga, pero no del nivel de Yarisley, quien en su natal Pinar del Río y luego en La Habana, soñaba con ser la Sergei Bubka cubana, al que conocería tiempo después cuando comenzó en el escenario internacional sorprendiendo a propios y extraños al ver a la chaparrita de ébano, de 1.61 metros, enfrentando a rivales de más altura.

La garrochista, de 30 años de edad, admite que en Cuba no tenemos las condiciones para la práctica de su disciplina que, además de costosa, tienen que salir al extranjero para competir y mejorar sus marcas, pues hasta el momento ha saltado 4.91 metros, récord de su país. Esa letanía era lo que más oía cuando comenzó a los 13 años “y gracias a que nunca escuché esas voces y me repetía ‘soy una niña valiente porque quiero alcanzar grandes resultados’, superé adversidades”, cuenta la monarca panamericana y centroamericana.

Cuando supo de lo que había alcanzado, sabía que no podía dar marcha atrás a pesar de lo difícil y dura que ha sido la vida. Reconoce que no ha sido fácil porque en ocasiones se sufre, pero hay que salir adelante sin importar que te digan que hay cosas que son imposibles o locas. Es la mentalidad y las ganas de triunfar las que te hacen salir de abajo.

Hace dos años la cubana tenía todo preparado para estar en lo más alto del podio olímpico en Río de Janeiro. Unos días antes de su prueba, una noticia la congeló y le cambió por completo el panorama.

Su pareja sentimental, el saltador de altura, Sergio Mestre, sufrió un accidente cuando entrenaba con las pesas y quedó paralítico. Yarisley estaba devastada. En un segundo te cambia la vida, relata a La Jornada.

Yarisley terminó con un séptimo lugar en la justa brasileña a la que llegó como una de las favoritas para suceder a Isinbayeva, quien no pudo competir por la sanción impuesta a Rusia por dopaje y posteriormente la zarina de las alturas se retiró. Ahora, la cubana, ganadora en algunas fases de la Liga de Diamante, sueña de nuevo con el oro en Tokio 2020 y espera cumplirlo.

Correa, por récord mexicano

La multimedallista se encuentra en Ciudad de México para competir este domingo en el Encuentro Urbano Internacional de Salto con Garrocha al igual que su compatriota Lázaro Borges, quien reaparece tras lesiones. Ambos ofrecen dar un espectáculo en el Monumento a la Revolución, donde la chiapaneca Carmelita Correa promete que buscará romper su récord mexicano de 4.36 metros.

El certamen forma parte de los festejos del 50 aniversario de los Juegos Olímpicos Méxi-co 1968 y contará con un invitado especial: el estadunidense Bob Seagren, medallista de oro en esa justa con 5.40 metros.