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Culminó gira de Philip Glass en Bellas Artes

Músico wixárika contó la historia del mundo

El estadunidense acompañó a Daniel Medina y Erasmo Medina

Los dos conciertos, un hito

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Daniel Medina de la Rosa y Erasmo Medina Medina con Philip Glass en la sala principal del Palacio de Bellas Artes Foto cortesía del INBA
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de mayo de 2018, p. 5

La gira de Philip Glass culminó este domingo en el Palacio de Bellas Artes, con la sensación de flotar en el aire para el público y los músicos wixárika, que acompañados del compositor y pianista interpretaron Ekawipa (Estamos en el viento).

Luego de sus conciertos en el máximo recinto cultural del país, el músico de esa nación originaria, Daniel Medina de la Rosa, se describió flotando. En el viento, de acuerdo con el testimonio del escritor y antropólogo Víctor Sánchez a La Jornada.

Durante su presentación, el músico difundía un conocimiento en su lengua con su canción –que se tradujo en la pantalla al español e inglés: Ahora en el viento/ estamos dando mensajes/ a los seres vivos/ en todo el planeta, en Ekawipa.

En el relato cuenta la historia del mundo, el origen de los dioses y apelaba a la sabiduría de las personas y a reconocer que existía una vinculación absoluta. Así recuerda las visiones del origen del cosmos del Mahabarata, de India, y el maya Popol Vuh, así como a las tradiciones inca y persa.

En su canción, Medina de la Rosa narra: El nacimiento de los dioses/ tuvo lugar en tiempos ancestrales/ y cuenta la historia del mundo/ que los Poderíos se fueron transformando/ con el pasar del tiempo/ y convirtiéndose/ en cerros y montañas.

Los dos recitales fueron un hito por el estreno en México de la Sinfonía número 7, Tolteca, donde Glass abreva de esa cultura originaria, así como la participación de músicos wixaritari (el plural de wixárika) Daniel Medina de la Rosa y Erasmo Medina Medina, quienes entonaron un par de composiciones propias.

El viernes 11 interpretó la pieza Híkuri, cacto sagrado, y el domingo fue ocasión Ekawipa (Estamos en el viento), de Daniel Medina de la Rosa.

La pieza Híkuri, cacto sagrado se refirió a ese elemento central en la visión cosmogónica de la cultura wixárika, a quien el músico llama hermano mayor, que nació “en el centro de una flor del desierto/ atrayendo toda la sabiduría/ y los conocimientos ancestrales.

Te deleitamos/ con los cantos mágicos/ y las danzas/ porque muestras el camino/ que sigue hacia adelante/ y nuestro viaje como peregrinos.”

Público en trance

Respecto de ambos conciertos Víctor Sánchez, quien ha acompañado a Glass en su acercamiento a la tradición espiritual de las naciones originarias en México, se dijo muy contento de que el Palacio de Bellas Artes finalmente haya abierto sus puertas a la herencia lírica indígena de los wixaritari.

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La mañana de este domingo, el compositor Philip Glass caminaba por el Centro Histórico de Ciudad de México cuando topó en un puesto de periódicos con la portada de La Jornada, donde se documenta el estreno nacional de su Sinfonía Tolteca y su ritual con músicos wixárika que realizó en Bellas Artes. Extrajo monedas de su bolsillo y pidió dos ejemplares: los voy a enmarcar, uno para mi estudio y otro para mi casaFoto cortesía Víctor Sánchez

Acompañados al piano por Philip Glass, Daniel Medina cantó y tocó el raweri (violín wixárika) y junto con Erasmo Medina Medina con la kanari (guitarra) el domingo.

El públicó pareció transportado a la observación de hermosos paisajes que ambos músicos recorren en sus peregrinaciones espirituales en Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Durango. Sólo regresó del trance para aplaudir con entusiasmo a los tres artistas.

Con el piano Glass, conversaba con las notas del raweri y la kanari, con una armonía que emulaba un tanto a los sonidos que se mixturan en una tarde desértica, los árboles, o la voces entrecortadas conforme a la dirección del viento.

La siguiente parte contó con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional y la dirección de Michael Riesman, así como el Coro de Madrigalistas y Solistas Ensamble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Entonces se realizaron Days and Nights in Rocinha y la imponente Sinfonía Tolteca.

La energía en tres movimientos de esta (Maíz, Híkuri y El venado azul) causó sensación de viaje, de explicación trascendente más dirigida a los sentidos que a la mente consciente.

El título Tolteca alude además de a los creadores de los gigantes de Tula, genéricamente a las personas con gran sabiduría, como en las investigaciones de Miguel León-Portilla y Enrique Florescano.

El libro Toltecas del nuevo milenio, donde Víctor Sánchez narra sus experiencias con los wiraritari, utiliza el vocablo tolteca en ese sentido.

Philip Glass resumió con esta tríada fundamental el universo ritual y cotidiano wixárika, al cual ha tenido acceso a partir del acompañamiento de Víctor Sánchez, conocedor de ese pueblo.

El fin de semana será recordado por largo tiempo como un día de fiesta para nuestro país y para todos los que amamos el arte y el alma indígena como parte importantísima de un tesoro cultural y espiritual que nos enriquece y nos dignifica como seres humanos en general y como mexicanos en particular, concluyó Sánchez.