Opinión
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México SA

Senado: TPP-11,vía fast track

Revive acuerdo (deslactosado)

Tipo de cambio: 19.56 por uno

C

omo es su costumbre, la mayoría en el Senado aprobó otro trascendental acuerdo comercial… sin saber bien a bien qué votaban, ni tener el mínimo conocimiento sobre el impacto negativo en distintos sectores económicos del país, los cuales, sin duda, resultarán más que raspados por tal decisión.

Así, con 74 votos a favor (priístas y panistas); 23 en contra y cuatro abstenciones, el pasado martes fue aprobado el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP por sus siglas en inglés, también conocido como TPP-11, tras la salida –más de un año atrás– de Estados Unidos), con lo que tales legisladores ratificaron su condición de meros levanta dedos y su amor (previa instrucción de su pastor) por el mecanismo conocido como fast track.

Tal calificativo lo ameritan, toda vez que en menos de dos semanas-calendario (sábados y domingos incluidos) los brillantes senadores tuvieron tiempo suficiente para analizar, deglutir, aprobar en comisiones, dictaminar y llevar al pleno para su votación al citado tratado, más cuatro acuerdos paralelos relacionados con el nuevo mecanismo comercial. ¡Qué eficiencia!

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados lo sintetiza así: “el 3 de abril del año en curso, la Secretaría de Gobernación turnó a la Cámara de Senadores el CPTPP, así como cuatro acuerdos paralelos negociados en el marco de la suscripción de éste, para su análisis y apro- bación en las comisiones unidas de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico, Relaciones Exteriores, y Comercio y Fomento Industrial del Senado.

Asimismo, el 11 de abril, dichas comisiones convocaron reunión ordinaria de trabajo para el análisis del CTPP. Al respecto, el presidente de la de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico, Teófilo Torres Corzo, refrendó el compromiso del Senado de ratificar este acuerdo siempre y cuando signifique para México mejores herramientas para su desarrollo integral. Al respecto, Emilio Gamboa, coordinador del PRI en el Senado, afirmó que su bancada impulsará la aprobación del CPTPP antes de concluir el actual periodo ordinario de sesiones (30 abril). Y listo.

El CEFP detalla que las naciones que, además de México, suscribieron este acuerdo comercial son Australia, Brunei, Canadá (otro integrante del TLCAN con una dependencia similar a la mexicana en cuanto al mercado de Estados Unidos), Chile, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Se espera que entre en vigor en 2019, una vez que los estados miembros hayan ratificado el acuerdo mediante aprobación por sus respectivos Congresos.

Desde hace muchos años, en la congeladora del Senado duermen cientos de iniciativas de primerísima importancia para la nación, pero resulta que en menos de dos semanas-calendario, y con el consabido allí te encargo de Los Pinos, los senadores tuvieron tiempo, agilidad mental y voluntad para que el citado tratado fuese atendido de inmediato y votado en menos de lo que canta un gallo.

Así, el gobierno mexicano suma un nuevo mecanismo (a estas alturas son ya 47, aunque sólo el TLCAN significa 85 por ciento del comercio exterior del país; el 15 por ciento restante se distribuye entre los otros 46), aunque en los hechos el citado acuerdo resulta más que deslactosado, porque el objetivo cen- tral de todos los países participantes (en el pacto original) era el mercado gringo, pero Donald Trump tuvo la cortesía de abandonarlo a los tres días de haberse instalado en la Casa Blanca.

Cómo olvidar lo dicho por Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, poco antes de que se firmara el TPP original (octubre de 2015): si el presidente Peña Nieto desea hacer lo correcto por el pueblo mexicano, instruirá al secretario (de Economía) Ildefonso Guajardo Villarreal para que rechace un acuerdo que dejará el futuro económico de México en manos de inversionistas trasnacionales. A partir de la experiencia pasada con acuerdos comerciales liderados por Estados Unidos, y lo que hemos podido deducir de documentos filtrados de debates de carácter confidencial, es claro que las esperanzas del titular del Ejecutivo se encuentran fuera de lugar. Los negociadores de México parecen estar a punto de rendirse ante las demandas de las empresas de los países avanzados, sin beneficios para su país.

Pero Peña Nieto y sus muchachos –en aquella ocasión los levanta dedos del Senado procedieron exactamente igual que ahora– ni vieron ni oyeron. Aprobaron y firmaron, pero el energúmeno de la Casa Blanca les apestó la fiesta. De cualquier suerte retomaron el tratado y ahora, sin Estados Unidos, harán lo mismo: la nación al servicio de las trasnacionales, y de pasadita comprometen al gobierno entrante.

En el tratado original (Estados Unidos incluido) la propaganda oficial presumía que las naciones integrantes del TTP representan 40 por ciento del producto interno mundial, alrededor de 25 por ciento del comercio internacional y 28 por ciento de la inversión extranjera directa en el planeta.

Pero Trump dijo que no se le pegaba la gana y abandonó el acuerdo. ¿Cómo quedó? Pues es cuestión de echar números: el producto interno bruto de Estados Unidos representa 62 por ciento del PIB conjunto de las 12 naciones firmantes del TTP original, de tal suerte que, tras su salida, desapareció alrededor de dos terceras partes del producto interno bruto que se presumía y junto a él una proporción mayor del comercio internacional y de la inversión extranjera directa mundial.

Para no ir más lejos, el bloque latinoamericano que participará en el TTP-11 (México, Chile y Perú) a duras penas suman un PIB conjunto de 3 por ciento en el marco del acuerdo, un monto casi seis veces menor que el de Japón, segundo en importancia después de Estados Unidos. Y esa tercia deberá competir en igualdad de condiciones con todos los demás.

Entonces, el TTP-11 resulta un balón desinflado, un globo sin helio, porque, como mencionó una senadora, baste una diferencia sustancial entre el CPTPP y el TPP, pues nada menos y nada más que el comercio se desplomó casi la mitad, el TPP tenía considerado un mercado de 816 millones de personas; ahora, el CPTPP solamente prevé 495 millones, 13 por ciento del PIB mundial, 13 por ciento de las exportaciones y 14 por ciento de las importaciones.

Las rebanadas del pastel

Y para documentar nuestro optimismo, ayer por cada dólar se pagaron 19.56 pesos en ventanilla bancaria. ¿Para cuándo el 20 por uno? Hagan sus apuestas.

Twitter: @cafevega