21 de abril de 2018     Número 127

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Autoproducción e intercambio de maíz nativo

Antonio Turrent Fernández INIFAP, investigador titular C del Programa de Maíz  [email protected] 
Alejandro Espinosa Calderón INIFAP, investigador titular C del Programa de Maíz  [email protected] 
José I. Cortés Flores Colegio de Postgraduados, profesor investigador del Centro de Edafología  [email protected]


La agricultura tradicional es la mayor fuente de empleo rural

La agricultura de temporal de México es bimodal, como lo describe Efraím Hernández Xolocotzi en “La agricultura tradicional en México”. La agricultura tradicional es practicada en pequeñas unidades de producción (menos de 5 ha). Cubre una superficie de labor del orden de 4.5 millones de hectáreas, dispersas a lo largo y ancho del país. Sobresalen en magnitud las fracciones bajo condiciones semiáridas, principalmente en el norte y centro del país, y las que se encuentran en laderas en las sierras. Las condiciones semiáridas se caracterizan por las sequías y heladas; las áreas serranas, por su alta precipitación y nubosidad, enfermedades endémicas del maíz y la acidez de sus suelos. 

La agricultura tradicional es practicada por 62 grupos étnicos y campesinos mestizos. Su importancia para el país deriva por lo menos de que: 1) produce alimentos básicos, 2) es la mayor fuente de empleo rural, 3) juega el papel central en la mayordomía de la agrobiodiversidad nativa, y 4) produce los maíces y otras especies nativas que son insustituibles en la cocina pluricultural nacional.

Como mayordomos de los recursos genéticos han desarrollado técnicas para mejorarlos como alimento humano y para lograr su adaptación agronómica a la gran diversidad de agronichos habitados. Hernández Xolocotzi describió los elementos de lo que ahora llamamos Mejoramiento Genético Autóctono Aplicado al Maíz. Su metodología se emplea en un megaexperimento que cubre el territorio nacional habitado e involucra a la mayor parte de la biodiversidad del maíz (60 razas nativas y sus cientos de miles de variedades nativas, especializadas cada una en la parcela familiar). Los elementos centrales del Mejoramiento Genético Autóctono Aplicado al Maíz son: 1) la autoproducción de sus semillas; 2) la selección de la semilla, practicada por la mujer, a partir del grano producido el ciclo anterior –por contexto social, la mujer reconoce las morfologías del grano y de la mazorca más adecuadas para el uso específico en la alimentación; 3) el intercambio y mezcla de semillas del mismo tipo de maíz nativo en el nivel comunitario local; 4) la introducción desde grandes distancias de caracteres apreciados por el migrante temporal, para enriquecer su variedad nativa, mezclando ambas semillas para su cruzamiento, y 5) el productor maneja más de una raza nativa, que reconoce por su coloración del grano, como marcador de la longitud del ciclo.


Los frutales dentro de las milpas aumentan el ingreso familiar y protegen el suelo de la erosión.

Para todos los agronichos del país hay de una a varias razas nativas adaptadas a las condiciones del suelo, clima y al uso como alimento. A fin de conocer el análisis de los porqués de la autoproducción e intercambio de semillas en la agricultura tradicional, véase.

El sector de la agricultura tradicional está orientado al autoconsumo, lo cual explica la rica agrobiodiversidad que maneja y mejora. Cuando hay excedentes, éstos son vendidos al mercado. Sin embargo, pesa la duda del sector gubernamental sobre su viabilidad productiva, por la pequeñez y por su dispersión. En consecuencia, la inversión del Estado es reducida y se canaliza más bien al asistencialismo que al desarrollo. En la actualidad, atraviesa por una severa crisis social, económica y ecológica que amenaza su sustentabilidad.

El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Colegio de Postgraduados han desarrollado una tecnología multiobjetivo conocida como Milpa Intercalada en Árboles Frutales (MIAF), que es compatible con el paradigma de la agricultura tradicional. Esta tecnología se adapta al patrón local de cultivos y a la agrobiodiversidad manejada por el productor. Implica la sustitución de un tercio del espacio ocupado por la milpa en tiras alternantes, para introducir tiras de frutales en contorno. Estos frutales tienen cuatro funciones, por lo menos: a) incrementar significativamente el ingreso familiar; b) proteger al suelo contra la erosión hídrica y mejorar el ciclo del agua de lluvia, mediante el manejo de un filtro de escurrimientos con residuos de cosecha, por cada hilera de árboles frutales; c) incrementar la fijación de carbono atmosférico, y d) añadir estabilidad a la parcela a través de su sistema radicular (de raíz principal) permanente.


Milpa intercalada en árboles frutales (MIAF) La Concordia, Chiapas, 2015.

También esta tecnología involucra intensificar la producción de cultivos anuales básicos, en términos de su densidad de población, y usar arreglos topológicos de tiras alternantes entre el maíz y otras especies nativas cultivadas en la milpa. El objetivo es que la producción de cultivos básicos sea similar o mayor que la obtenida en la milpa original. 

La autoproducción y el intercambio de semillas que se practican en la agricultura campesina son, juntos, la mejor defensa del maíz nativo y, a la vez, el mayor obstáculo para el establecimiento total del mercado oligopólico de semilla de maíz en México, como lo buscan los intereses multinacionales. Si lo lograran –y no están lejos–, gracias a la cooptación o ignorancia de algunos servidores públicos, sustituirían la biodiversidad del maíz nativo por la uniformidad de sus híbridos. Estos materiales no podrían reemplazar a los maíces nativos en los más de 600 platillos y bebidas de la cocina pluricultural mexicana (que incluye más de 300 tipos de tamales). Nuestra cocina se reduciría a la tortilla industrial de tan baja calidad organoléptica (textura, sabor, color, olor, correa o flexibilidad), nutracéutica (desprovista de anti-oxidantes y anticancerígenos) y nutricional: se reduciría, en suma, a los “corn flakes y palomitas”.

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