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Sale a la luz que un popular conductor de Fox News también es cliente de Michael Cohen

Trump, en líos legales que podrían derivar en una crisis constitucional

Rechaza juez pedido para que no se examinen documentos confiscados al abogado del presidente

Temor de que el mandatario ordene el cierre de las indagatorias en su contra, advierte el NYT

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En el Hotel Trump, en Washington, activistas proyectaron esta leyenda para exigir someter al presidente estadunidense, Donald Trump, a un proceso de destitución (impeachment)Foto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 17 de abril de 2018, p. 22

Nueva York.

El presidente Donald Trump se encuentra en un doble jaque legal generado por investigaciones que están cada vez más enfocadas en su círculo íntimo, esto condimentado por acusaciones del ex jefe de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y por una estrella de cine porno, todo lo cual podría culminar en una crisis constitucional en Estados Unidos.

En esta ciudad un tribunal federal procedió este lunes con el caso en torno a la investigación por corrupción de Michael Cohen, abogado personal de Trump, donde la juez Kimba Wood negó la solicitud interpuesta de último momento por abogados del presidente que buscaban frenar a investigadores federales para examinar los documentos y comunicaciones de Cohen confiscados cuando agentes federales allanaron sus oficinas y residencias en esta ciudad hace una semana.

Pero la distinguida juez también indicó que está considerando nombrar a un abogado independiente para evaluar cuáles documentos podrían estar protegidos por el privilegio cliente-abogado. Wood también ordenó que se divulgara la identidad de otro cliente de Cohen que había permanecido en secreto hasta ahora, y con ello se reveló que era Sean Hannity, popular conductor de Fox News, quien ha sido un feroz aliado de Trump. Hannity inmediatamente explicó que Cohen nunca ha sido contratado como su abogado y que sólo le brindó consejos.

El allanamiento de la oficina, residencia y habitación de hotel de Cohen fue realizado por la fiscalía federal de Nueva York con autorización del subprocurador general de la nación, Rod Rosenstein, mediante una orden judicial. Cuando se presentó el caso ante los tribunales se reveló públicamente que Cohen ya llevaba meses bajo investigación por la unidad de corrupción de la fiscalía federal en Nueva York, y que se habían intervenido sus comunicaciones digitales durante semanas.

Según asesores del presidente, esta investigación sobre Cohen es mucho más preocupante que la encabezada por el fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones y posible obstrucción de justicia que ha padecido Trump desde que llegó a la Casa Blanca.

El allanamiento tomó por sorpresa a la Casa Blanca y eso detonó una furiosa respuesta del presidente, quien declaró que fue un ataque contra la nación y denunció la continua cacería de brujas que se libra en su contra.

Cohen ha funcionado más que como un simple abogado para Trump durante una década, al encargarse de asuntos relacionados con control de daños por sus aventuras sexuales, y aparentemente, también en asuntos semiclandestinos de negocios, por tanto, esta investigación podría revelar una amplia gama de secretos personales y de negocios del ocupante de la Casa Blanca.

Cohen fue quien pagó 130 mil dólares poco antes de la elección de 2016 a la actriz porno conocida como Stormy Daniels a cambio de su silencio en torno a su relación sexual con Trump en 2006. También hizo algo parecido para un amigo de Trump, quien acaba de renunciar como subdirector de finanzas del Partido Republicano al filtrarse el asunto.

Otorgando mayor dramatismo al espectáculo de Trump y Cohen, Stormy Daniels y su abogado se presentaron al tribunal este lunes para observar la sesión, provocando una estampida de fotógrafos cuando llegó vistiendo un traje color lavanda. Daniels ha interpuesto una demanda separada de este caso ante un tribunal para anular el acuerdo con Cohen para mantener su silencio. El atrevimiento de Daniels de intentar romper el pacto fue en parte lo que intensificó el enfoque de los investigadores en Cohen y sus operaciones potencialmente ilícitas.

Al salir de los tribunales, a diferencia de Cohen que huyó sin hacer comentarios, Daniels declaró ante los medios: estamos comprometidos con que todos se enteren de la verdad y los hechos de lo que sucedió y no descansaré hasta que eso ocurra.

Mientras tanto, el presidente y James Comey, ex jefe de la FBI, quien inicialmente encabezó la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones y que en parte por eso fue despedido por Trump, continuaron su combate público, en intercambios tal vez sin precedente entre un mandatario y uno de sus ex altos funcionarios.

Comey, quien está promoviendo su nuevo libro que saldrá a la venta este martes, comentó en una amplia entrevista con ABC News la noche del domingo que Trump es moralmente inadecuado para ocupar la presidencia, en algo que será el mensaje central en las múltiples entrevistas que continuarán durante las próximas semanas. Acusó que el presidente miente constantemente y trata a las mujeres como pedazos de carne, y subrayó que “no podemos tener como presidente de Estados Unidos a alguien que no refleja los valores que creo atesoran los republicanos… y los demócratas… y los independientes. Esto es la parte central de este país, ese es nuestro fundamento”.

Pero aún más alarmante fue que Comey insinuó que los rusos podrían tener información comprometedora sobre Trump y, por otro lado, que hay alguna evidencia de obstrucción de justicia, algo que el fiscal especial Robert Mueller está investigando después de que Comey fue despedido en mayo de 2016.

Trump ya había acusado de mentiroso y hasta de criminal a Comey, insultando su inteligencia y buscando cuestionar su integridad –parte clave de la ofensiva que el presidente y sus aliados están lanzando en todos los medios– desde la semana pasada cuando empezaron a circular extractos del libro y de la entrevista del domingo. Este lunes continuó con su ametralladora verbal por Twitter acusando que Comey y sus socios han cometido muchos delitos.

Al mismo tiempo, continúa la preocupación por las posibles reacciones de Trump ante este par de investigaciones, incluyendo la posibilidad no sólo de despedir a Mueller, sino también al procurador general Jeff Sessions y su segundo, Rod Rosenstein.

En un editorial de plana entera con el título de El presidente no está sobre la ley, el New York Times indicó que hay una creciente posibilidad de que Trump podría emprender alguna acción para invalidar o clausurar una investigación sobre su campaña y administración por las agencias de ley más importantes de la nación y ante ello los legisladores deben prepararse, ya que se encontrarán al borde de un abismo con la Constitución en sus manos.

Proclamó: “Si el señor Trump adopta una acción tan drástica, estará atacando la fundación del gobierno estadunidense, intentando establecer un precedente que un presidente, solo entre los ciudadanos estadunidenses, está por encima de la ley. Lo que ahora podría parecer como un espectáculo político secundario instantáneamente se convertirá en una crisis constitucional…”