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El silbante no marcó un penal en favor de los neoyorquinos

Chivas de Guadalajara a la final, iguala sin goles ante los Red Bulls
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de abril de 2018, p. a37

Nueva Jersey.

Con el portero Rodolfo Cota debatiéndose bajo los tres palos, más una buena dosis de suerte, las Chivas se instalaron en la final de la Concachampions luego de empatar sin goles ante los Red Bulls de Nueva York (global de 1-0), equipo que en el primer tiempo le puso un baile a los tapatíos, pero no anotó.

Las Chivas sufrieron lo indecible en la primera parte. Como si enfrente tuvieran verdaderos toros de lidia desbocados, embistiéndolos, se replegaron con pánico y desorden, y difícilmente rebasaron el medio campo.

Al minuto seis un disparo cruzado de Tim Parker pasó zumbando el poste, y al minuto siguiente Isaac Brizuela cometió una falta sobre Kemar Lawrence, era penal, pero el silbante Walter López no quiso marcarlo.

Rodolfo Cota debió aplicarse frente a un cabezazo de Florian Valot, y en pleno desconcierto Cota chocó con Alan Pulido, más tarde Daniel Royer sacó un peligroso centro desde el costado derecho que se fue de largo, Lawrence se lamentó al no poder conectar con el balón.

El equipo local era un vendaval que en los primeros 15 minutos logró cinco tiros de esquina. Cota no hallaba cómo darse una tregua y al minuto 27 fue amonestado por hacer tiempo. El ataque de los mexicanos era nulo, inexistente, y los intentos por salir al frente estuvieron plagados de errores.

En el banquillo el timonel de los Bulls, Jesse Marsch, también mostraba enojo y frustración ante las numerosas fallas de sus dirigidos, que a pesar del amplio dominio, no lograban abrir el marcador.

Al regreso del intermedio, el brío de los Red Bulls menguó y el Guadalajara logró jugar con más serenidad. Al minuto 52 Edwin Hernández tuvo una gran oportunidad con un tiro remitido desde el costado izquierdo que resultó demasiado cruzado, y que provocó lamentos en el timonel Matías Almeyda.

Chivas ganó su primer tiro de esquina al minuto 54, y aunque no trascendió, el partido para entonces ya lucía nivelado.

Marsch hizo su primer relevo al minuto 57, sacó a Daniel Royer para el ingreso de Alejandro Romero. Los renovados ataques hicieron replegar a los tapatíos, Orbelín Pineda se debatió en labores defensivas para salvar su puerta, mientras que Carlos Salcido reventó como pudo un ataque posterior hilvanado por Bradley Wright.

En la Red Bull Arena lucieron imponentes varias banderas y mantas con el escudo y los colores del Guadalajara. En varias ocasiones brotó con fuerza el clamor de ¡Chivas, Chivas!, y al minuto 68 los fanáticos del Rebaño –que en el primer tiempo estuvieron tensos, silenciosos–lanzaron a todo pulmón el grito de ¡puuuto! ante un despeje de Luis Robles, guardameta de Nueva York.

Derrick Etienne probó suerte con un tiro de larga distancia que se fue por encima. Marsch entonces decidió reforzar el ataque, sacó a Etienne e ingresó a Carlos Rivas (75'), pero el desánimo y el desgaste del primer tiempo había debilitado a su plantel.

La afición del Rebaño olfateó la victoria y festejó ruidosamente una barrida salvadora de Carlos Salcido y tras el pitazo final el equipo mexicano estalló en abrazos y festejos.