Sociedad y Justicia
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No es por mito que se exija no liberarlos en México, advierten ambientalistas

Oposición a los transgénicos tiene sólidas bases científicas

En San Lázaro se pretende dictaminar la ley de bioseguridad sin abrir debate con la sociedad, alerta la organización Semillas de Vida

Falta regular el etiquetado de alimentos: Greenpeace

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No es cuestión de opinión o mito demandar que en México, centro de origen del maíz, no se liberen organismos genéticamente modificados que pueden poner en riesgo la biodiversidad, señaló Adelita San Vicente, de Semillas de VidaFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de febrero de 2018, p. 29

Organizaciones ambientalistas destacaron que no existe un consenso científico mundial en torno al uso y producción de transgénicos, por lo que ante la falta de certeza sobre su inocuidad se debe aplicar el principio precautoriamente y prohibir su liberación.

Agregaron que hay decenas de investigaciones científicas, sin ningún conflicto de interés, que han alertado de sus efectos nocivos, por lo que no es una cuestión de opinión o mito demandar que en México, centro de origen del maíz, no se liberen organismos genéticamente modificados que pueden poner en riesgo la biodiversidad.

En entrevista por separado, Adelita San Vicente, directora de la organización Semillas de Vida, y Sandra Lazo, de Greenpeace, lamentaron que desde la academia se siga insistiendo en que toda oposición a los transgénicos no tiene base científica, cuando, por el contrario, tiene bases sólidas que han mantenido el debate abierto en torno a su uso.

San Vicente recordó que en México también se está debatiendo una nueva ley general de biodiversidad, con la que se pretende privatizar los recursos genéticos del país y con ello su biodiversidad, e incluso la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas sobre el entorno natural.

Por ello, denunció que Arturo Álvarez Angli, diputado por el Partido Verde Ecologista de México, pretende dictaminar la minuta de la ley general de biodiversidad sin permitir la opinión de las comisiones de Asuntos Indígenas y Cambio Climático en San Lázaro, y sin abrir el legítimo derecho que tienen los pueblos originarios y la sociedad de opinar al respecto.

Enfatizó que México ha dado al mundo 16 por ciento de todos los alimentos que se consumen en el planeta, por lo que consideró preocupante que se siga presentando una visión unilateral sobre el uso de organismos genéticamente modificados.

Luego de la publicación del libro Transgénicos: grandes beneficios, ausencia de daño y mitos, coordinado por el investigador Francisco Bolívar Zapata, San Vicente destacó que cuando no eres especialista en el tema del agro y los organismos genéticamente modificados, no se pueden hacer este tipo de descalificaciones, porque sí hay investigación científica sólida que alerta sobre el peligro de los transgénicos.

Durante la presentación de la obra, en El Colegio Nacional, Bolívar Zapata aseguró que las propuestas de un México libre de transgénicos son dogmáticas, populistas e imposibles, y agregó que el texto proporciona de manera sistematizada la amplia y contundente información científica y técnica que sustenta los beneficios de los organismos construidos por las técnicas de ingeniería genética.

Al respecto, Sandra Lazo, de Greenpeace México, destacó que Bolívar Zapata ha mostrado su apoyo a la industria de los transgénicos desde que participó en la elaboración de la ley de bioseguridad, y habría que recordar que el debate sobre el uso o no de transgénicos y sus efectos sigue vivo.

Agregó que tras más de dos décadas de uso de cultivos transgénicos en algunos países, entre ellos Estados Unidos, se ha demostrado que no son una solución a la demanda de más y mejores alimentos, e incluso en la reducción de pesticidas, pues las semillas transgénicas han propiciado resistencias en insectos y malezas que actualmente se siguen combatiendo con plaguicidas.

Lazo indicó que tampoco se han dado a conocer investigaciones de largo plazo sobre el uso de transgénicos, por lo que no podemos saber cuál es el efecto en la salud, a lo que se suma una falta de regulación en el etiquetado de alimentos que permita advertir al consumidor qué productos está consumiendo y si incluyen o no transgénicos.