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Entre 2016 y 2017 causó más de 70 mil decesos por sobredosis en ese país

Fentanilo, rentable negocio de cárteles mexicanos que mata a estadunidenses
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Militares patrullan las calles de Culiacán, Sinaloa, en busca de miembros del crimen organizadoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 18 de febrero de 2018, p. 15

En los recientes siete meses las autoridades mexicanas han decomisado más de 80 kilos de fentanilo –cantidad histórica–, sustancia creada en Bélgica en 1959 para uso médico, pero que en Estados Unidos ha provocado, según estimaciones, más de 70 mil decesos por sobredosis entre 2016 y 2017, pues el consumo de sólo dos miligramos en una sola dosis es mortal.

La producción y tráfico ilícito de fentanilo hacia el mercado estadunidense se ha convertido en uno de los negocios más rentables de dos de las principales organizaciones criminales que operan en México: los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva generación (CJNG), señalaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.

Además, los grupos delictivos utilizan esta sustancia –que llega desde China a los puertos mexicanos de Lázaro Cárdenas, Michoacán, y Manzanillo, Colima– para cortar cocaína, y la mezclan con derivados de la goma de opio (heroína) para aumentar la potencia de sus drogas.

En días pasados Renato Sales Heredia, titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), señaló que según datos oficiales durante 2016 hubo 64 mil fallecimientos en Estados Unidos por sobredosis de drogas. La mayoría de esas muertes (casi 70 por ciento) involucraron sustancias opiáceas. Esto representa casi el triple de homicidios dolosos que se cometieron el año pasado en México.

Entre 2000 y 2016 más de 600 mil personas murieron en Estados Unidos a consecuencia del abuso en el consumo de opiáceos, principalmente derivados de fentanilo.

De acuerdo con la información obtenida, en México no existe ningún registro de decesos por sobredosis de drogas ni estadísticas particulares relacionadas con el consumo de fentanilo. Sin embargo, ha crecido el número de adictos a la cocaína, la cual –según las fuentes consultadas– es alterada con diversos productos, entre ellos talco, aspirinas y fentanilo para compensar su efecto, aunque en cantidades mínimas.

Antes de los 80 kilos de fentanilo decomisados en los pasados siete meses, el récord del aseguramiento más grande y en una sola operación de esta sustancia fue un cargamento de 63 kilos y 30 mil píldoras detectado en agosto de 2017 en San Luis Río Colorado, Sonora, uno de los puntos donde se ha realizado el mayor número de decomisos. La sustancia estaba oculta en un camión de carga que se dirigía a Estados Unidos.

En el año y medio anterior (2016 a julio de 2017), la cantidad decomisada en todo el país sumaba 40 kilos.

Asimismo, en agosto del año pasado, elementos de la Policía Federal (PF) realizaron diversas inspecciones aleatorias en una empresa de paquetería del municipio de Guadalajara, Jalisco, y localizaron una caja de cartón que contenía seis pares de zapatos artesanales. Las suelas de éstos contenían mil 980 pastillas de fentanilo.

El pasado 25 de enero, en el kilómetro 30 de la carretera Ensenada-Lázaro Cárdenas, en Baja California, personal de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la PF incautó 414.7 kilos de crystal, 45.5 de fentanilo, 39.8 de cocaína y 8.4 de heroína.

Las autoridades mexicanas estiman que cada kilo de fentanil procesado en pastillas puede generar 10 veces más ganancias que un kilo de heroína, debido a la cantidad que cada comprimido debe llevar y que equivale a un miligramo, pues una cantidad mayor genera sobredosis.

En semanas anteriores, las autoridades estadunidenses desmantelaron una célula del cártel de Sinaloa que operaba en Boston. Se tienen indicios de que esta organización y el CJNG operan al menos en California, Chicago, Texas y Nueva York.

El comercio de drogas sintéticas y derivados de fentanilo, así como el complemento con heroína, ha incrementado “la violencia en algunas zonas del país –particularmente en los estados con cruces fronterizos, así como las regiones donde se cultiva la amapola, tales como Guerrero y lo que se conoce como el Triángulo Dorado, conformado por los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango– se explica en buena parte por la disputa de los grupos delincuenciales por controlar estas plazas y la oferta de estas drogas”, señaló Sales Heredia.