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México SA

Economía descangallada

Estancamiento a la vista

Dólar cierra a 19.44 pesos

A

quellos que prometieron mover a México inician su sexto y último año de gobierno –por llamarle así–, y su única esperanza es que su lánguido candidato logre colarse a la residencia oficial, lo cual se ve más que difícil por mucho que él diga que hace su luchita. Y el problema se agudiza porque el heredero oficial del desastre peñanietista es parte del mismo (tres secretarías al hilo sólo en la actual administración) y abiertamente promete más de lo mismo.

En vía de mientras, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, divulgó su análisis semanal, del que se toman los siguientes pasajes.

El año que recién inicia será de varios desafíos para la economía mexicana, que deberá enfrentar de la mejor manera posible. En el ámbito internacional, las próximas rondas en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte serán cruciales para definir el rumbo a seguir por el sector externo nacional de aquí en adelante, decisiones que tendrán un impacto relevante en la evolución del tipo de cambio.

En materia interna, aunque con implicaciones en el desempeño del comercio internacional, se deberán realizar ajustes en el terreno impositivo para evitar que México pierda competitividad a escala mundial luego de la aprobación de la reforma fiscal en Estados Unidos; sin embargo, lo anterior se antoja poco factible debido al proceso electoral que se vivirá en nuestro país a mediados del año en curso.

Aunado a estos acontecimientos, el Banco de México buscará que la inflación regrese a su nivel objetivo en 2018 (3 por ciento, con un margen de más-menos un punto porcentual) y con ello eliminar un obstáculo en el avance (de por sí) frugal de la actividad económica.

A lo largo de 2017 las actividades secundarias entraron en una fase de desaceleración e incluso durante la última parte del año su desempeño se ubicó en terreno negativo, donde solamente las manufacturas exhibieron cifras favorables.

Ante tal situación, los resultados positivos de las actividades terciarias fueron fundamentales para que el total de la economía de nuestro país mantuviera un ritmo de crecimiento moderado. Durante los primeros 10 meses de 2017 (las cifras más recientes divulgadas por el Inegi) el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) registró un crecimiento acumulado de 1.9 por ciento, si bien positiva, es la cifra más baja en los pasados cuatro años.

En lo que respecta a las tendencias, se observa que las trayectorias del IGAE y de las actividades primarias comienzan a mostrar señales de estancamiento, mientras la correspondiente al sector secundario presenta un movimiento ligero a la baja. Solamente la tendencia de las actividades terciarias exhibe un movimiento al alza. Por su parte, en los ciclos se aprecia un escenario menos favorable debido a que, tanto el IGAE como cada uno de sus componentes observan trayectorias negativas que incluso se ubican por debajo del potencial. Lo anterior implica que la actividad económica de nuestro país presentó un menor dinamismo durante el último trimestre del año, afectado principalmente por la desaceleración del sector secundario, lo que podría continuar durante los primeros meses de 2018.

Tal desempeño se dio como resultado de que el incremento acumulado de las actividades primarias (2.4 por ciento) y el de las actividades terciarias (3.2), se vio presionado a la baja por la caída de las actividades secundarias (-0.6).

Si bien las actividades terciarias se mantienen como el principal motor de crecimiento económico de nuestro país, su desempeño ha disminuido en los recientes tres años. En 2015 registraron un aumento de 4.4 por ciento en los primeros 10 meses del año, cifra que se vio reducida a 3.6 por ciento en 2016, hasta llegar a 3.2 el año pasado.

Prácticamente todas las actividades que conforman el sector terciario acumularon un desempeño positivo de enero a octubre de 2017, donde el desempeño del comercio al por mayor y al por menor exhibieron mejores resultados en comparación con las cifras alcanzadas en 2016 durante el periodo referido. No obstante, los servicios de transporte, financieros, profesionales, educativos y de esparcimiento mostraron una tasa de crecimiento de menor magnitud que la registrada en 2016.

De esta forma, la evolución del comercio será fundamental para compensar el menor dinamismo del resto de las actividades que conforman al sector. Sin embargo, se deberá enfrentar con uno de los niveles inflacionarios más elevados de los pasados 17 años, ya que durante diciembre pasado la tasa anualizada del índice nacional de precios al consumidor se ubicó en 6.8 por ciento.

Los mayores incrementos en el nivel de precios se presentaron en los energéticos (17.7 por ciento) y en los alimentos (7.9); de hecho, el aumento tan solo en los productos que conforman la canasta básica (la que consume la mayoría de la población en el país) fue de 9.6 por ciento.

Así, al descomponer la medición de la inflación en sus componentes, se aprecia un incremento de doble dígito en la parte no subyacente (12.6 por ciento) y un aumento más moderado en la subyacente (4.9), aunque este último también se encuentra por encima de la meta del Banco de México.

Sin duda, la liberalización del precio de las gasolinas incidió significativamente en el aumento de la inflación (lo que fue negado reiteradamente por José Antonio Meade, el padre vergonzante del megagasolinazo, cuando despachaba en la oficina principal de la Secretaría de Hacienda, y ahora como precandidato priísta).

A tasa anual, en diciembre pasado la gasolina de alto octanaje (Premium) registró un incremento de 22.6 por ciento, mientras que la de bajo octanaje (Magna) creció 17.5 por ciento. Ello se ha visto reflejado en los servicios de transporte, cuyo incremento en su nivel de precios fue de 11.5 por ciento. Y el del gas LP creció 44.1 por ciento.

Mantener la inflación bajo control será primordial en 2018, ya que será un año en el que se espera un avance moderado en la economía nacional. De no hacerlo, el incremento en los precios de algunos bienes y servicios podría limitar la evolución de la actividad comercial, que ha fungido como el principal motor de crecimiento.

Las rebanadas del pastel

El tipo de cambio peso-dólar cerró la semana financiera a 19.44 por uno en ventanilla bancaria, mientras que el barril mexicano de exportación se vendió a 59.21 billetes verdes, uno de los mejores niveles en muchas semanas.

Twitter: @cafevega