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Felipe Arizmendi lamenta que persista el rechazo a los indígenas y que haya desplazados

Rodrigo Aguilar Martínez asume la diócesis de San Cristóbal de las Casas
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Rodrigo Aguilar Martínez tomó posesión ayer como obispo de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. La ceremonia, a la cual acudieron cientos de feligreses, se llevó a cambo en el barrio de Guadalupe, en el oriente de la ciudad, debido a que la catedral se encuentra en reparación tras el sismo del 7 de septiembre pasadoFoto Elio Henríquez
Corresponsales
Periódico La Jornada
Jueves 4 de enero de 2018, p. 21

Con rituales indígenas, Rodrigo Aguilar Martínez tomó posesión ayer como obispo de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, en sustitución de Felipe Arizmendi Esquivel, quien renunció el primero de mayo de 2015, cuando cumplió 75 años de edad, como marcan las normas del Vaticano.

Durante la misa de asunción, Rodrigo Aguilar ofreció ayudar a que en la relación con los demás superemos los rencores, la violencia, la corrupción y todo aquello que nos ha invadido y pretende enseñorearse y adueñarse del territorio, de las comunidades , de nuestra vida, y someternos.

Aguilar Martínez fue designado obispo de San Cristóbal de las Casas el 3 de noviembre pasado; era obispo de Tehuacán, Puebla, y antes lo fue de Matehuala, San Luis Potosí.

En nombre de la diócesis, la secretaria canciller, María del Refugio Esparza Macías, pidió al nuevo obispo caminar juntos hacia nuestro sueño de ser una Iglesia autóctona, liberadora, evangelizadora, servidora, en comunión y bajo la guía del espíritu.

Rodrigo Aguilar fue recibido en el barrio de Guadalupe, en el oriente de San Cristóbal. Cientos de personas acompañaron a pie al nuevo jerarca a la Plaza Catedral, donde se realizó la misa, pues el templo está en reparación debido a los daños que sufrió por el terremoto del 7 de septiembre pasado.

A la celebración acudieron más de 3 mil personas, la mayoría indígenas; el nuncio apostólico, Franco Coppola, unos 30 obispos de México y Álvaro Ramazzini, de Guatemala, así como autoridades federales y estatales.

En su mensaje de bienvenida a su sucesor y de despedida de la diócesis, pues regresará al estado de México, de donde es originario, Arizmendi Esquivel dijo que después de 17 años de estar en San Cristóbal (antes estuvo 10 en Tapachula), no se siente satisfecho porque persisten mucha pobreza y marginación, y no hemos hecho más por la promoción integral de la comunidad; además, persisten en algunos sectores de la sociedad actitudes de no aceptación de corazón hacia los indígenas, y de incomprensión hacia sus culturas.

Expresó su dolor por el desplazamiento de indígenas pobres del municipio de Chalchihuitán, por las divisiones políticas en Oxchuc, en Chenalhó y en tantas otras partes, y porque en el proceso electoral de 2018 vemos un deterioro de la democracia.

No obstante, dijo sentirse a gusto porque, entre todos, hemos procurado continuar la línea marcada en el Tercer Sínodo Diocesano, aprobado por mi antecesor, monseñor Samuel Ruiz García, de ser una Iglesia autóctona, liberadora, evangelizadora, servidora.

Mientras, unos 50 feligreses católicos protestaron ayer frente a la catedral de la ciudad de Oaxaca para exigir que el arzobispo José Luis Chávez Botello deje la arquidiócesis de Antequera, lo mismo que el secretario canciller Lorenzo Fanelli, a quienes acusaron de hostigar a sacerdotes que combaten la corrupción en la Iglesia católica.

Rosa Herrera, una de las manifestantes, aseguró que en vez de ver por quienes más lo necesitan, Chávez Botello busca la opulenciay persigue a los sacerdotes que han criticado la postura del jerarca.

(Con información de Carolina Gómez)