Política
Ver día anteriorViernes 29 de diciembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Sólo los musulmanes tienen peor percepción: Conapred

La mitad de estadunidenses culpan a extranjeros por crisis y delincuencia
 
Periódico La Jornada
Viernes 29 de diciembre de 2017, p. 11

Información del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), recabada de diversas estadísticas y documentos de 2015 y 2016, señala que cinco de cada 10 personas en Estados Unidos piensan que los migrantes contribuyen a que empeore la situación económica de ese país y la misma cantidad considera que coadyuvan a que aumente la delincuencia.

Asimismo, 47 por ciento considera que el impacto de los migrantes latinos en la sociedad estadunidense ha sido predominantemente negativo. Es la segunda peor percepción, sólo por debajo de la migración proveniente de Medio Oriente (39 por ciento).

En la ficha temática Migración México-Estados Unidos señala también que cinco de cada 10 personas de ascendencia latina en esa nación perciben que han sido tratadas de forma injusta por su origen étnico o racial. Entre los jóvenes de 18 a 29 años la cifra aumenta a casi siete de cada 10.

Además, 23 por ciento de las personas de origen hispano perciben que se les trata como si fueran sospechosos de algo y tres de cada 10 creen que se les considera menos inteligentes. Entre las personas de piel clara, las cifras se reducen a uno por cada decena. En tanto, 20 por ciento piensa que su origen racial les ha hecho más difícil tener éxito en la vida.

El Conapred indica que en 2015 había cerca de 36.9 millones de personas de origen mexicano en Estados Unidos, en su mayoría descendientes de connacionales que llegaron a ese país hace décadas; alrededor de 12 millones nacieron en México. Varias estimaciones indican que más de la mitad de ellas (5.8 millones) están en situación migratoria irregular y que en 2014 representaban 52 por ciento del total de personas indocumentadas.

Refiere que la deportación de todos los indocumentados podría reducir en 6.4 por ciento la fuerza laboral de ese país, lo que implicaría, sin considerar la reducción en el consumo interno, pérdidas equivalentes a 5.7 por ciento del producto interno bruto.