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Son útiles las redes comunitarias y la identidad cultural: Universidad Johns Hopkins

Niños latinos migrantes, con más capacidad para superar adversidades, según estudio
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Un taller mecánico se ha vuelto el hogar de ciudadanos de El Salvador, Honduras y Costa Rica que buscan el llamado sueño americanoFoto Cuartoscuro
 
Periódico La Jornada
Viernes 29 de diciembre de 2017, p. 11

Los niños latinos que viven como migrantes en Estados Unidos tienen mayor capacidad para superar condiciones adversas y de hecho no las perciben como algo negativo en sus vidas. Apenas 16 por ciento reportó haber sufrido alguna experiencia de este tipo –como el divorcio de sus padres– contra 30 por ciento de menores hispanos de familias nativas de aquel país, reveló un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

Los investigadores, encabezados por la doctora Lisa DeCamp, advierten la relevancia de los datos, porque en los próximos 25 a 30 años los latinos serán el grupo étnico más numeroso en Estados Unidos y deben preverse los probables traumas y factores de protección que requieran.

A partir de los datos contenidos en la Encuesta Nacional Estadunidense de la Salud de los Niños, aplicada a más de 12 mil individuos, se pudo saber que, aunque crecen en mayor pobreza, los pequeños migrantes enfrentaron de mejor manera las experiencias adversas, entre las que también están los hechos de violencia y las dificultades económicas. De manera global, 53 por ciento de ellos negaron haber tenido vivencias negativas, contra 44 por ciento de infantes nativos de Estados Unidos.

De los migrantes, 11.9 por ciento refirió el divorcio de sus padres y 32.1 por ciento los problemas económicos en su familia como algo que les afectó de manera negativa. Entre los niños de familias nativas los porcentajes fueron 25.5 y 29.9 para esos mismos indicadores.

La especialista comentó que la existencia de redes comunitarias sólidas y la fuerte conciencia de su identidad cultural podrían explicar que los inmigrantes enfrenten de mejor manera las situaciones negativas e, incluso, que puedan superarlas.

Si bien reconoció la existencia de probables fallos en las respuestas, porque se trata de la percepción de los niños y sus padres, los datos obtenidos dan cuenta de la importancia de trabajar para proteger y extender los factores de resiliencia (capacidad de superar adversidades) a las siguientes generaciones de no inmigrantes.

Además, mencionó que estudios previos han encontrado asociación entre la mala salud de adultos y niños con la pobreza y las experiencias negativas como el abuso, la violencia y la disfunción familiar. Éstas pueden provocar daños de largo plazo en la salud.

Otro dato importante para los investigadores es que del total de entrevistados, la mayoría vivía en condiciones de pobreza, lo que en Estados Unidos significa que los ingresos económicos son menores a 23 dólares por día para una familia de cuatro integrantes.

En el análisis se tomaron en cuenta factores como la edad de los niños, el nivel educativo de los padres, la estructura familiar y la presencia de padecimientos mentales y el tipo de seguro médico utilizado. Ninguno de éstos implicó cambio en los resultados.

DeCamp resaltó que en una siguiente etapa de la investigación se abordarán los factores de resiliencia, así como los traumas ocultos o los que les afectan específicamente como grupo social, a fin de guiar mejor las políticas e inversiones que contribuyan a mantener y mejorar la capacidad de los inmigrantes para reponerse frente a la adversidad, así como a atender sus traumas.