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Bajo la lupa

Jared Kushner: ¿pupilo de Kissenger o yerno de Trump?

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El consejero Jared Kushner escucha al presidente Donald Trump durante una reunión en la Casa BlancaFoto Ap
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obert Bridge, autor de Media Noche en el Imperio Estadunidense: Cómo las Trasnacionales y sus Siervos (sic) Políticos Destruyen el Sueño de EU (https://goo.gl/ZW2b6M), cuestiona en Strategic Culture Foundation la lealtad del pérfido Jared Kushner, quien juega doble: en favor de su suegro y/o de Kissinger.

Robert Bridge aduce que Jared Kushner ha sido tranquilamente capacitado para ser el próximo Henry Kissinger, con base en varios ejemplos dramáticos en los que contribuyó a nivel doméstico –los despidos del director de la FBI, James Comey y del teniente general Michael Flynn, ex jefe de Seguridad Nacional del gabinete de Trump, quien solamente duró 25 días –y a nivel foráneo: su sicalíptica participación en la noche de los cuchillos largos en Arabia Saudita y en la renuncia del primer ministro libanés Hariri, así como sus intrigas conspirativas en Israel para aniquilar a Irán.

David Ignatius revela en el Washington Post la operación conjunta de Jared Kushner con el príncipe heredero saudita Mohamed Bin Salman hasta las cuatro de la madrugada que desembocó en el arresto de varios príncipes influyentes, entre quienes se encontraba Alwaleed bin Talal, el hombre más rico del Medio Oriente y uno de los principales accionistas de Citigroup, con Stanley Fisher, Larry Summers, Zedillo, los Clinton y tutti quanti (https://goo.gl/t6duKb).

El encarcelamiento del príncipe Alwaleed, vinculado al Deep State de los Bush y los Clinton, expone el tremendo revire de Trump contra sus enemigos.

Dejo en el tintero mi hipótesis de que, detrás de la decisiva participación de Jared Kushner en la noche de los cuchillos largos en Arabia Saudita, se encuentra en juego la oferta pública inicial (IPO, por sus siglas en inglés) –que se iba a celebrar en La City y que Trump reclama para Wall Street– así como el inminente hurto de los bonos del Tesoro del reino wahabita (115 mil millones de dólares) por el grupo trumpiano de JP Morgan Chase, al unísono de Goldman Sachs.

La connivencia de Jared Kushner con el eje israelí Netanyahu/Sheldon Adelson (https://goo.gl/2SS8hh) –mafioso de casinos desde Las Vegas hasta Macao, y magnate de periódicos desinformadores (http://goo.gl/Pb8CQu)–, ahora sumados a Haim Saban, de Univisión/Televisa, tiene como objetivo aniquilar a Irán: el último enemigo creíble que le queda por despedazar a Israel usando hasta el último soldado de Estados Unidos (EU).

Alex Gorka aduce que la sustitución del secretario de Estado Rex Tillerson (ex mandamás de ExxonMobil) por el director de la CIA Mike Pompeo, apunta a una guerra contra Irán (https://goo.gl/mPx9pB) –teledirigida, a mi juicio, por Jared Kushner.

El galardonado periodista británico Martin Jay alega de cómo todo el asunto Hariri en Líbano puede desembocar en una guerra de Israel contra la guerrilla chiíta Hezbolá, gran aliada de Irán (https://goo.gl/XT3GFi).

Robert Bridge revela cómo el nonagenario Kissinger, quien conoció a Trump desde hace más de una generación, comentó su intercambio esporádico de puntos de vista con el yerno trumpiano después de que Jared Kushner asistió a una de sus conferencias sobre política exterior.

Robert Bridge juzga que Kissinger es el practicante experto de la mentira estratégica (sic) y exhuma su necrófilo pasado: bombardeos de Camboya y Laos, golpe de Estado en Chile, etcétera.

Según Robert Bridge, Trump ha tomado dos decisiones temerarias, asesorado por su yerno: 1. la defenestración de su asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, y 2. el salvaje despido del director del FBI, James Comey.

Graham Lanktree, de Newsweek, (https://goo.gl/Km3NbR) asevera que el pérfido yerno urgió a su controvertido suegro a despedir a James Comey.

Bannon, hoy director de Breitbart y todavía ideólogo y estratega de Trump, no cesa de criticar a la dupla Ivanka/Kushner (Javanka) y en una entrevista balística fustigó que la defenestración de James Comey había sido el máximo error en la historia política moderna de EU (https://goo.gl/wAjxXp). Quizá lo que sea error para Bannon y su agenda America First signifique un logro para Jared Kushner e Israel.

Gabriel Sherman, de Vanity Fair, devela que en una llamada a Bannon, el presidente culpó a Jared Kushner por su papel en las decisiones, específicamente en las expulsiones de Michael Flynn y James Comey que llevaron al nombramiento de Mueller, fiscal especial quien cada día aprieta más la cuerda del impeachment (defenestración) alrededor del cuello de Trump (https://goo.gl/oQHj8R).

Bridge sintetiza la serie de agravios de los partidarios de Trump en contra de Kushner, como es el caso del politólogo Roger Ston así como de su ayudante, Sam Nunberg, durante la campaña presidencial: Jared es el peor consejero político en la Casa Blanca de la historia moderna. ¿Lo que es peor para EU sería lo óptimo para Israel?

Robert Bridge expone las coincidencias conductuales entre Kushner y Kissinger, un destructor consuetudinario, quien es muy adicto, quizá por su educación inicial en Alemania, a la noche de los chuchillos largos, como operó en la masacre nocturna del sábado cuando Nixon despidió a Archibald Cox, fiscal especial del Watergate.

Kaelyn Forde, de ABC News, exhibe la coincidencia del despido de James Comey con una visita de Kissinger a Trump, quien declaró que su reunión se había enfocado a Rusia, Siria y otros (sic) asuntos (sic), y calificó a Kissinger de ser su amigo (¡súper sic!) desde hace mucho tiempo (https://goo.gl/YusZcd).

El megapoder de Kushner –cuyo padre fue encarcelado por evasión fiscal y quien destila un espeso hedor sulfuroso por sus inmundas transacciones inmobiliarias desde Nueva York hasta China– rebasa la simple relación lineal con su controvertido suegro, el cual está vinculado a Kissinger –personaje intrínsecamente destructivo/catabólico y diabólico desde que inició como consejero de los Rockefeller y ExxonMobil–, además de su santa alianza con el primer ministro israelí Netanyahu y su íntimo aliado mafioso Adelson.

Una de las jugadas más temerarias de Kushner es haber empujado a su suegro al inminente reconocimiento de Jerusalén como capital FAKE de Israel, suceptible de incendiar las pasiones en los 57 países miembros de la Organización para la Cooperación Islámica, de mil 800 millones de feligreses, que además ultraja al Vaticano y a la cristiandad universal de 2 mil 400 millones (https://goo.gl/AQoT39).

La inmadurez cronológica de Kushner, menos que mediocre estudiante, y su matrimonio arreglado con Ivanka, la hija preferida de Trump, no son suficientes para explicar su megapoder doméstico y trasnacional: desde el “México neoliberal itamita” –en su supuesta intimidad con el polémico multiusos Videgaray, lo cual, por lo visto, no le ha servido de nada al país–, pasando por Arabia Saudita hasta su apoyo obsceno a Israel para aniquilar a Irán.

Robert Bridge demuestra en forma persuasiva que Jared Kushner es más bien un protegido de Kissinger (https://goo.gl/dpYrDw).

Se deduce también que el judío ultra-ortodoxo Jared Kushner ha exhibido mayor lealtad a Israel –a sus operadores Kissinger y Haim Saban, mandamás de Univisión, socia de Televisa– que a los intereses de EU.

La anatomía de Haim Saban es perturbadora: instrumento del ejército de Israel en el seno de los multimedia de EU, de Brookings Institution, de los Clinton, del fallecido ex primer Shimon Perez y Soros (https://goo.gl/KHZ5H8).

¿Ya nadie sirve a EU en su seno?

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