Sociedad y Justicia
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La mayoría son mujeres, señala el senador panista

Un cuarto de la población con acceso a Internet sufre ciber acoso: Cordero
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de diciembre de 2017, p. 36

El panista Ernesto Cordero, presidente de la mesa directiva del Senado de la República, destacó que 77 millones de personas tuvieron acceso a Internet en 2015, y de ellas 24.5 por ciento fue víctima de ciberacoso.

Refirió que resulta lamentable que niñas y adolescentes padezcan ciberacoso y que no haya mecanismos eficaces para garantizarles un uso seguro de las redes sociales y de Internet, sin reducir los beneficios de las tecnologías de la información.

Durante la inauguración del foro Ciberacoso: una forma de violencia de género, Cordero insistió que en los últimos años las redes sociales han sido aprovechadas para acosar a sus usuarios y el problema aumenta cuando en estos espacios no es necesario el contacto físico con los agresores.

Detalló que de las víctimas de ciberacoso 47.9 por ciento fueron mujeres, de 12 a 29 años. Reconoció que este problema es uno de los pendientes legislativos que se deben atender de manera urgente en los próximos meses.

Por su parte, la presidenta de la Comisión para la Equidad de Género, la priísta Diva Gastélum, señaló que es necesario que el acceso de niñas, niños y mujeres a las redes esté protegido, pero lo más importante es que no debe normalizarse la violencia cibernética, porque la de tipo mediático que se ejerce en las redes hacia ese sector es muy importante.

Explicó que hace tres años ella presentó una iniciativa sobre el tema, incluso la Policía Cibernética, Google, Twitter y Facebook han brindado su apoyo para construir un marco jurídico adecuado en el que se debe ser cuidadoso, ya que se ha señalado que se viola la libertad de expresión.

El problema que se tiene, agregó la senadora, es que Internet no está regulado; sin embargo, se tiene una realidad que debe atenderse, pues no se necesita de un tratante físico, ya que éste puede estar en el dispositivo y no se necesita salir a la calle para ser enganchado para la prostitución, la pornografía o el tráfico de órganos ni para el acoso.