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Pobladores creen que el río pudo haberse desviado a causa del sismo del 7 de septiembre

Se seca la principal cascada de Agua Azul
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Las cascadas de Agua Azul, emblema turístico del municipio chiapaneco de Tumbalá, sufren desde hace días una merma de su caudal por causas naturales. Desde un mirador se observa el cauce disminuidoFoto Elio Henríquez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 13 de noviembre de 2017, p. 32

Tumbalá, Chis.

Tristeza, incredulidad y preocupación prevalecen en Agua Azul, debido a que la cascada principal de este centro ecoturístico, La Golondrina, se secó hace tres días al desviarse el río que la alimentaba.

El nivel del agua comenzó a bajar a partir del terremoto del 7 de septiembre pasado, pero hace tres días bajó dos metros, informó Alberto López Urbina, presidente de la Sociedad Cooperativa de las Cascadas de Agua Azul, que administra el centro, ubicado en el norte de Chiapas, que cada año recibe a unos 200 mil turistas.

“En 41 años de operación no había pasado algo igual, ni en abril o mayo, que baja el nivel de agua por falta de lluvias –agregó–. Nunca había pasado por nuestra mente la idea de que algún día pudiera secarse la cascada principal. Desde niños conocemos este río y siempre ha estado igual, pero de repente vimos que las piedras empezaron a salir a flote poco a poco.”

Acompañado por integrantes de la cooperativa, López Urbina indicó que una semana después del 7 de septiembre, en el paraje La Boquilla –a un par de kilómetros de la cascada principal– empezó a disminuir el agua del lado derecho.

En entrevista, explicó que los pobladores fueron a verificar y encontraron troncos y ramas que retiraron, y todo siguió igual.

En medio del río había un pequeño islote donde había un árbol que cayó por la creciente, lo que a su vez ocasionó que se abriera una grieta y que el nivel bajara aún más, ocasionando que la mayor parte del agua se cargara del lado izquierdo, formando un nuevo cauce, aunque dos kilómetros abajo la corriente se reencauza al río principal, llamado Agua Azul.

La mayor parte del agua se fue para la izquierda por la caída del árbol y la desaparición de la pequeña isla, lo que nos ha hecho pensar que sí fue a causa del temblor del 7 de septiembre, porque a partir de entonces comenzó a disminuir el agua, lo que nunca había sucedido, dijo.

Mencionó que al desaparecer la cascada de La Golondrina –así llamada porque cada mañana acudían a ella cientos de esas aves– se secó la poza La Licuadora, donde se habían ahogado más de 100 personas.

Era una poza muy bonita porque tenía una caída como regadera. Aunque estaba prohibida la entrada, mucha gente se metía y no salía, por los remolinos. Ahora está seca; sólo quedan algunas cruces de metal en recuerdo de los fallecidos, señaló.

Según López Urbina, también están preocupados porque de esa parte del río se abastecen los 2 mil 400 pobladores de Agua Azul. No sabemos qué va a pasar. A ver qué dicen los expertos, añadió.

Pobladores acudieron ayer a La Boquilla con palas para quitar la grava que azolvó el río, y con barretas para quitar piedras que pudieran obstaculizar el paso del agua.

Alberto López comentó que el sábado llegaron muchos curiosos para constatar si era cierto que las cascadas se secaron.

El presidente de la cooperativa recordó que el centro ecoturístico fue fundado por el entonces gobernador Manuel Velasco Suárez (1970-1976), abuelo del actual mandatario estatal, Manuel Velasco Coello. Las tierras pertenecían a la finca Agua Azul y el propietario, Enrique Zardain Villegas, las donó al gobierno federal, que a su vez las entregó a los pobladores.