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El fiscal general ordenó más arrestos de políticos y empresarios multimillonarios

Gobierno de Arabia Saudita concluye la fase uno de la purga anticorrupción

Las detenciones no han generado oposición en las calles del reino ni en las redes sociales

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El rey Salman de Arabia Saudita (al centro) encabezó ayer la ceremonia de toma de posesión del nuevo ministro de Economía y Planeación, Mohammad al Tuwaijri (a la derecha), y del jefe de la poderosa Guardia Nacional, príncipe Khalid bin Ayyaf al Muqrin, luego de que sus antecesores fueron arrestados por orden de la recién creada comisión anticorrupción, que encabeza el príncipe heredero Mohammed bin SalmanFoto Ap/Agencia de prensa saudita
 
Periódico La Jornada
Martes 7 de noviembre de 2017, p. 24

Riad.

Autoridades de Arabia Saudita ampliaron este lunes la campaña de arrestos a miembros de la familia real, ministros y hombres de negocios, tras la detención de Nasser bin Aqeel al Tayyar, importante empresario, en la mayor purga anticorrupción entre la élite del reino en su historia moderna.

Los arrestos, que el fiscal general Saud al Mojeb dijo que representan la fase uno en la iniciativa, son los más recientes de una serie de drásticas medidas del príncipe heredero al trono, Mohammed bin Salman, de 32 años, para reafirmar la influencia saudita a escala internacional y su poder en casa.

Los investigadores recolectaron evidencias durante tres años y seguirán identificando a culpables, emitiendo órdenes de arresto, imponiendo prohibiciones de viaje y llevando a los perpetradores a la justicia, afirmó el miembro del comité anticorrupción Khalid bin Abdulmohsen al Mehaisen.

El arresto de Al Tayyar, miembro de la junta directiva de la mayor compañía de viajes de Arabia Saudita, siguió a la detención de decenas de varios prominentes personajes de la política y negocios sauditas, incluido el príncipe Alwaleed bin Talal, el 45 hombre más rico del mundo en 2017, de acuerdo con la revista Forbes, propietario de la firma de inversión Kingdom Holding y también sobrino del rey Salman, en una campaña que el fiscal general describió como el fin de la fase uno de nuestra purga anticorrupción.

Entre los detenidos también se encuentran Walid al Ibrahim, propietario de la cadena por satélite árabe MBC, así como el magnate de la construcción Bakr bin Laden.

Esta campaña es la más reciente de una serie de medidas tomadas por el príncipe Bin Salman, desde que su padre, el rey Salman, ascendió al trono en 2015, que incluyen una guerra en Yemen, la intensificación del enfrentamiento de Arabia Saudita con Irán y una reforma económica para reducir su dependencia del petróleo.

Tanto aliados como adversarios del príncipe están sorprendidos que un reino obsesionado con la estabilidad haya adquirido gusto por medidas que algunos podrían considerar impulsivas. Esta purga no generó oposición en las calles ni en redes sociales, muchos sauditas aplaudieron los arrestos pero en el extranjero los críticos perciben los hechos como una muestra más de intolerancia de un líder hambriento por el poder que intenta detener a opositores que bloquean sus reformas económicas.

En este contexto, Arabia Saudita advirtió a Irán que no tolerará ninguna vulneración a su seguridad nacional, tras del disparo el sábado de un misil balístico por los rebeldes yemenitas proiraníes en dirección de Riad, acción que los sauditas denuciaron como equivalente a un acto de guerra.

Riad afirmó también que Líbano le había declarado la guerra por lo que consideró una agresión contra el reino de parte del grupo chiíta libanés Hezbolá, respaldado por Irán.