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Ha sido un honor participar en el primer torneo femenil del país, dice la zaguera

Deneva Cagigas, de no patear un balón se convirtió en la capitana de Pumas
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Cagigas (derecha), de 22 años, afirma que portar el gafete no es un privilegio, sino una responsabilidadFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de noviembre de 2017, p. a11

Deneva Cagigas nunca se imaginó que el futbol, deporte que comenzó a practicar por obligación y que casi no comprendía, la llevaría a liderar al equipo femenil de una de las escuadras más importantes del país: Pumas.

Al crecer dentro de una familia en la que a todos sus miembros se les exige realizar alguna actividad física, la hoy defensa y capitana del conjunto auriazul comenzó a practicar tenis desde muy temprana edad; sin embargo, una lesión la forzó a cambiar de disciplina.

Jugaba tenis y un día me lastimé. Mis papás me dijeron que escogiera otro deporte y elegí el futbol. Esa primera disciplina no me llenaba al ciento por ciento, no me agradaba tanto e iba a las prácticas a disgusto, pero todo cambió cuando conocí el futbol, sostuvo en entrevista con La Jornada.

Relata que cuando su padre la llevó por primera vez a un entrenamiento de este deporte, en realidad no sabía mucho sobre él, ni siquiera sabía patear el balón ni entendía las reglas, era confuso para mí, pero poco a poco comenzó a gustarme; me enamoré de él y ya nunca solté el balón.

Varios años después de ese primer acercamiento, Deneva se ha convertido en una de las jugadoras referentes del cuadro femenil de la UNAM, y a pesar de no estudiar su carrera universitaria en dicha institución, asegura que siente la garra y los colores de Pumas intensamente.

La jugadora de 22 años dijo estar consciente de que la capitanía de un equipo no es un privilegio, sino una responsabilidad, por lo que aseguró que mientras tenga esa distinción ayudaré a mis compañeras y al plantel para ser uno de los mejores.

Añadió que haber participado en el primer certamen de futbol femenil avalado por la Liga Mx y haber sido parte del primer repre- sentativo de la UNAM fue una experiencia indescriptible, llena de emociones, siempre con la ilusión de seguir trabajando para poner en alto el nombre de este club.

Asimismo, la zaguera indicó que ser parte de la primera generación de jugadoras mexicanas profesionales ha sido todo un honor, es impresionante el hecho de saber que ya hicimos historia y que tenemos la oportunidad de seguir abriendo los caminos para las chicas que vienen detrás. Estamos muy contentas y agradecidas por esta oportunidad.

El conjunto universitario no logró calificar a las semifinales del primer torneo de la Liga Mx femenil, pues sólo llegan a esa instancia los dos mejores clubes de cada sector, y las felinas quedaron ubicadas en el cuarto sitio del grupo Uno, con 21 unidades; no obstante, la originaria de Cancún aseveró que el certamen les dejó un gran aprendizaje.