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El artista, icono de la música balcánica, presentó en México su disco Tres cartas de Sarajevo

Sin alegría y locura no se puede ser normal: Goran Bregovic

El cedé reflexiona sobre la convivencia que logra el arte sonoro: Algo que los políticos nunca entenderán

No necesitas ser religioso para ser humano, dijo en entrevista, antes del concierto

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Con dos encores, el sarajevita triunfó el domingo pasado en El Plaza CondesaFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Martes 17 de octubre de 2017, p. 7

Para el compositor Goran Bregovic (Sarajevo, 1950), icono de la música bálcanica, la vida debe tener alegría y un toque de locura, si no, no eres una persona normal.

La música, detalló Bregovic en entrevista, además de ser el ingrediente que le da más sabor a la existencia, comunica en cualquier lenguaje y logra algo que los políticos nunca podrán entender, que con ella se puede convivir.

Goran Bregovic visitó México para presentar su nuevo disco, Three Letters from Sarajevo (Tres cartas de Sarajevo), en el cual recurre a esa ciudad como metáfora, y en el que se vale del violín para unir a tres músicos de las religiones católica, judía y mulsumana.

Escribí para ellos una pieza con una exploración distinta. Creo que Dios no tiene la tarea de enseñarnos a convivir, sino que nosotros tenemos que aprender a hacerlo. La metáfora con Sarajevo deja entrever que podemos ser buenos vecinos y no balear al día siguiente a otros sólo por ser diferentes, explicó el cantante, quien con su orquesta, Bodas y Funerales, se presentó en Tabasco y Villahermosa, y el domingo pasado en El Plaza Condesa, en Ciudad de México.

Tres cartas de Sarajevo –siguió Bregovic, antes de su concierto en el recinto de la Condesa– propone una reflexión “sobre lo que hemos aprendido en el siglo XX y, sobre todo, en este XXI; es decir, a vivir con nuestras diferencias. Los que han estado antes de nosotros en este mundo nos han dejado señales para seguir el camino, entonces, todos colaboramos de alguna manera, periodistas, compositores, maestros, todos.

En el pasado, a los que eran diferentes simplemente los mataban. En este siglo XXI eso ya no va a ser posible, porque tenemos que aprender, y mi pequeña contribución es este álbum. Son tiempos difíciles y no está mal que tengamos un poco de alegría; incluso, no existe terremoto que pueda matar la vida, porque ésta continúa.

Aunque el álbum está dedicado a tres religiones, el músico asegura que no necesitas ser creyente o religioso para ser humano. Algo extraño pasó conmigo: vengo de un país y de una familia creyente, he hecho piezas para el Vaticano y fui comisionado varias veces por la Iglesia para escribir música sacra. Entonces, para mí lo religioso es aquello enfocado a lo humano.

En el concierto del domingo en el Plaza Condesa, el creador de la banda sonora de las películas Underground y Tiempos gitanos (de Emir Kusturica), interpretó tres canciones del nuevo álbum, además de los éxitos de Champagne para gitanos, Alcohol e Historias de bodas y funerales, entre otros.

Con su Banda de Bodas y Funerales, los metales gitanos sonaron en el recinto y las voces polifónicas búlgaras y la guitarra eléctrica, las percusiones tradicionales, cuerdas y los cantantes masculinos de la Iglesia ortodoxa hicieron bailar a los asistentes.

El público recibió Gas, gas con euforia, la cual se prolongó con Omule, Maki, maki; Quatum utopía; So nevo si; Balkaneros; Mesecina, e In the Death Car, con la cual cerró presentación, y ante los gritos de sus seguidores regresó dos veces más para concluir el festivo baile con las famosas: Hopa cupa, Jeremija, Bella ciao y Kalashnikov.

Esta fecha en El Plaza Condesa se realizó en el contexto de los 10 años del Foro Cultural Hilvana, el cual se sumó a la serie de conciertos que ofreció Bregovic en los festivales Vientos de la Montaña, en Texcoco, y el Cultural Ceiba, en Villahermosa.

Cuando Bregovic se presentó en México en 2013, saturó teatros y plazas públicas de la capital y otros puntos del país, e impactó en una generación de diyéis y músicos mexicanos de estilos gypsy punk, rock, jazz y música tradicional que, inspirada en los sonidos de los balcanes, crearon fusiones con la obra del compositor, dando origen a la escena balcánica en el país.