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19/S: El dolor y la esperanza

Acompañado por sus primas, Víctor salió a apoyar desde el día del sismo

Cuando tenía cuatro años perdió las piernas, pero nunca el deseo de ayudar
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Vìctor Serrano Hidalgo fue diagnósticado con la enfermedad púrpura fulminante, por lo que le cortaron las extremidades inferiores para salvar su vida. Acompañado por sus primas María Fernanda Fraustro y Michele Paredes ayuda limpiando las calles de la Condesa. En días pasados fueron a Jojutla, Morelos, a llevar víveres a los damnificadosFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Viernes 29 de septiembre de 2017, p. 18

Desde los cuatro años de edad, Víctor Serrano Hidalgo perdió sus piernas, pero nunca el deseo de ayudar a los demás, como hoy hace con los afectados por el sismo del 19 de septiembre.

Desde aquel martes, cuando se sacudió violentamente la Tierra, va y viene por las zonas devastadas de Ciudad de México y de Morelos. Acompañado por sus primas María Fernanda Fraustro y Michele Paredes, Víctor acudió ayer a calles de la colonia Condesa. Escoba en mano y a rastras, esa terna se puso a barrer tramos de las calles de Oaxaca, Salamanca y Sonora.

¿Qué por qué lo hago estando asi? Pues porque nunca me he limitado para hacer lo que quiero, y porque creo que cualquier cosa, por menor que sea, ayuda a sacar a esta ciudad y a nuestro país de esta situación de emergencia, responde orgulloso a los cuestionamientos de la gente.

Su equipo es obligado en estos casos, y él lo sabe: casco con su nombre marcado en la parte frontal, tapabocas, guantes y chaleco verde fosforescente.

Y lo sabe porque ha estado en otros sitios de esta desgracia reciente. Junto con sus primas –de 21 y 25 años de edad, y abordo de su camioneta Van, La Blanquita, se fueron a Jojutla, Morelos, a dejar víveres y ayudar a remover escombros.

Víctor cumple hoy 24 años

A los cuatro años se le diagnosticó una enfermedad conocida como púrpura fulminante –que coagula la sangre–, lo que obligó a los doctores a amputarle las extremidades inferiores para que no perdiera la vida, si es que avanzaba ese padecimiento.

En entrevista, asegura que su vida no ha sido nada fácil, pero no se pone límites. En esta situación de emergencia salió primero a las calles a recolectar dinero y víveres, y los fue entregando a quienes los necesitaban.

Luego, narra, se dedicó con sus primas, quienes se definen como sus pies, a remover escombros, y ahora que está pasando esa etapa de rescates y remoción de escombros, se da a la tarea de barrer las calles. Lo mismo estuvieron en Xochimilco que en la Narvarte y ahora en la Condesa.

Es necesario que apoyemos todos; nadie solo va a poder enfrentar esta desgracia, y más cuando viene la etapa de reconstrucción, explicó Víctor, quien no pierde la esperanza de que si él puede ayudar, también también lo haga toda la sociedad.

De acuerdo con su prima Michel Paredes, en algún momento regalaron a Víctor una silla de ruedas, pero la donó a otra persona que la necesitaba más, pues dice que se siente inutil.

Y así va de un lado a otro; a veces arrastrándose y otras en su patineta, pero sin perder esa fortaleza y deseo de ayudar a quienes más lo necesitan.

Víctor es el segundo hijo de la familia, y a diario se desplaza de Coacalco a donde quiere.

Pide a los reporteros que transmitan el mensaje de que es una persona normal.