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Adela Peralta, la payasita Tiki Tiki, emergió de las ruinas en el sur de CDMX

¡Cámaras y acción, ya!, pide actriz de 87 años sobreviviente de derrumbe
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“‘Señora, no se vaya; la vamos a sacar’, me decían, y yo pensaba: ‘A dónde me podría ir, si no me puedo ni parar’”, bromea AdelaFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de septiembre de 2017, p. 7

Las heridas que sufrió durante 32 horas bajo los escombros no frenan la desbordante energía de Adela, excéntrica actriz de 87 años que pide maquillaje, cámaras y acción para contar su inesperada reaparición tras el sismo.

Estoy viva y a las vivas, dice sonriente Adela Peralta, conectada a numerosos aparatos de hospital que tratan sus dos fracturas en la columna y heridas en el esófago.

Antes de relatar su aparición de entre las ruinas, cuando los rescatistas ya la daban por muerta, pide que le pinten los labios y la adornen con un glamuroso sombrero y estola. Luces, cámaras, ¡acción!, clama con humor, para responder con entusiasmo a la conversación.

Adela ha sido vedete, humorista, maga, madre de tres hijos y hasta campeona mundial de pesca y feminista comprometida. En México es la payasita más veterana, Tiki Tiki, de nariz roja, que hace reír a los niños.

El edificio donde vivía, en el sur de Ciudad de México, resultó intacto tras el devastador sismo de 8.1 grados de 1985, pero el temblor de la semana pasada, de magnitud 7.1, lo redujo a escombros, dejando su departamento de planta baja bajo una montaña de polvo.

Salir con vida fue una carrera de resistencia contra el tiempo, el escepticismo y el dolor. Cuando empezó a temblar, enfrente de mí tenía un espejo del tamaño de toda la pared; se desprendió una piedrota como de metro y medio, y la puerta de la cocina tapó la entrada del departamento. Se apagó la luz y yo quedé recargada en una posición muy incómoda; nunca logré sentarme bien durante las 32 horas, relata, con gran lucidez.

Tuvo alucinaciones con cachorros y niños jugando; también se preocupaba por su familia. “Pensaba en mis hijos, los tres, y me preguntaba ‘¿vivirán?’ Oraba y oraba”, asegura.

Varias personas fueron rescatadas del edificio de Adela. Al principio salían con vida, pero a medida que iba transcurriendo el tiempo sólo surgían cadáveres; entre ellos, el de una abuela abrazada a su nieta, cuenta Sara Peralta, hija de Adela.

Para soportar la angustiante espera frente a las ruinas, Sara tomó la varita mágica de su mamá esperando que apareciera.

Entre risas, Sara relata: Creían que me había dado un ataque de histeria; 32 horas después del sismo, los rescatistas ya no registraban señales de vida y sólo esperaban encontrar el cadáver de Adela, la última persona que quedaba bajo los escombros.

La misión de recuperarla parecía imposible, por lo que muchos sugirieron retirar a los rescatistas e intervenir con maquinaria para remover las ruinas. Yo me opuse como perra para evitarlo, reconoce Sara.

Entre la oscuridad, Adela escuchó: Señora, no se vaya de aquí, la vamos a sacar, a lo que comenta, bromeando: ¿A dónde me podría ir, si no me puedo ni parar?

Afuera, el silencio expectante que rodeaba la escena fue roto por un grito.

¡Está viva, está viva!, decían eufóricos los socorristas, al ver la cabeza blanca salir por un estrecho orificio entre rocas y retorcidas varillas de metal. Un estremecedor coro de ovaciones y aplausos respondió.

El hallazgo de la actriz quedó inmortalizado en un video filmado el 20 de septiembre por uno de los bomberos que participó en el rescate.