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19/S: El dolor y la esperanza

Prevén disminución del turismo religioso

En Amecameca es como si se nos hubiera quebrado la identidad
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La fachada de la parroquia de San Pedro y San Pablo Apóstoles, en el municipio de Ecatzingo, estado de México, sufrió graves daños tras el terremoto magnitud 7.1 del 19 de septiembre. No hubo personas heridas, pues cuando la iglesia colapsó se encontraba cerradaFoto Diana Morrison
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 26 de septiembre de 2017, p. 37

Amecameca, Méx.

El sismo del pasado 19 de septiembre acabó con la “Ameca antigua”, con las casas de tejado y muros de adobe, y también impactó a sus habitantes por el daño al patrimonio cultural de este pueblo con encanto, como lo llama un programa del gobierno estatal avalado por la Secretaría de Turismo federal.

Es como si se nos hubiera quebrado la identidad, dijeron pobladores, quienes aún no se recuperan del sismo que la semana pasada colapsó o dejó con daños severos la mayoría de los edificios históricos del siglo XVI.

La situación es similar en Tlalmanalco y en menor medida en Ayapango, los otros dos pueblos con encanto de la región de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl afectados por el terremoto.

Ausencio José Roa Vences, vecino de la cabecera municipal, está preocupado porque en el Parque Nacional Sacromonte las laderas de un cerro están a punto de desgajarse sobre la dañada capilla de Santa Elena y la avenida Cuauhtémoc, donde está su vivienda.

Le inquieta su seguridad y la de sus vecinos, pero también la pérdida cultural. Hace 23 años el volcán Popocatépetl tuvo una etapa de actividad eruptiva y las medidas precautorias alejaron al turismo que la naturaleza y el paisaje atraían. Desde entonces nada ha sido igual.

Ahora, con el terremoto, él y muchos nativos temen que el turismo religioso se aleje. En Miércoles de Ceniza y en Semana Santa arriban más de 60 mil feligreses al santuario del Sacromonte.

Para el historiador Mario Serrano Avelar la situación es muy impactante, porque (la historia) se acabó con el sismo. En la cima del cerro colapsó la iglesia Gualupita, la más antigua de la zona, y el templo del Sacromonte tiene daños importantes.

En la parte patrimonial nos pegó duro, porque abajo, en el centro del municipio, la parroquia de La Asunción también presenta daños en la bóveda, en el campanario –que se derrumbó parcialmente– y en el arco de la entrada al atrio, donde cayó una torre, pues la estructura está fracturada.

Roberto Conde, en nombre de la asociación civil Sacromonte Chalchiumomozco, indicó que se mantuvieron en pie los templos católicos del siglo XVI erigidos sobre adoratorios precolombinos.

Lo urgente es arreglar los templos, según Conde, porque cada año arriban miles de feligreses de Puebla, Morelos, el estado de México y la Ciudad de México para pedir agua y buenas cosechas. Por lo pronto, Sacromonte Chalchiumomozco puso a resguardo campanarios, óleos y demás arte sacro.

La situación es similar en Tlalmanalco, cuyo párroco, Gustavo Tapia González, consideró que se debe procurar que la vida siga normal, su curso. Sabemos que es difícil. El sacerdote del templo de San Luis Obispo de Tolosa indicó: Tenemos una fractura en la bóveda central, de oriente a poniente, además de daños en los contrafuertes.

Personal de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) arribó el sábado a Tlalmanalco para analizar con un escáner el desplazamiento de los muros y ver si es posible que estemos adentro.

Tampoco se permite el paso a la alcaldía. Autoridades locales esperan el dictamen del INAH e indicaron que todas las iglesias de la comunidad sufrieron daños graves.

Ayapango es quizás el pueblo con encanto que resultó menos afectado. En las tres localidades hay alrededor de 500 viviendas con daños irreparables o que colapsaron durante el sismo. En Amecameca y Tlalmanalco ya se inició la demolición de inmuebles inhabitables.