La reforma educativa, aprobada en la actual administración tiene un claras metas educativas y no sólo laborales. Hay toda una intencionalidad para incidir desde el aula en la formación de un nuevo individuo capaz de adaptarse al consumo y a la precariedad laboral. No se limita a generar mecanismos de sometimiento del docente, afirmaron especialistas.

En entrevista con La Jornada, Marcelino Guerra Mendoza y Lucía Rivera Ferreiro, coautores del libro Anatomía política de la Reforma Educativa Educativa, en el que también participa Roberto Gónzalez Villareal, subrayaron que las modificaciones aprobadas a los artículos tercero y 73 constitucionales son parte de un proceso, y no de acciones aisladas que sólo buscan cambios administrativos y laborales.

Las repercusiones empiezan a ser más visibles

Guerra y Rivera, profesores-investigadores de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), Ajusco, donde el pasado 6 de septiembre se presentó la obra con la que, dijeron, buscamos explicar los distintos planos de intervención que ha generado la reforma y cómo se entrelazan, señalan que las repercusiones de la reforma educativa comienzan a ser cada vez más visibles.

No todo, afirmaron, se debe enfocar a la evaluación. La centralización de los recursos, el fortalecimiento de los vínculos de las autoridades educativas con las Fuerzas Armadas, la concentración de reclamaciones por la falta de pago a quienes cumplen con los turnos extendidos de Escuelas de Tiempo Completo, pero no reciben el estímulo respectivo, entre mucho más.

Rivera Ferreiro, destacó que uno de los temas que aborda en el libro, el cual puede ser consultado en su versión electrónica en el sitio editorial.upnvirtual.edu.mx, es quiénes participaron en la construcción de la reforma educativa y cómo lo hicieron. Lo que incluye no sólo a los partidos políticos, sino al sector empresarial que ha tenido un peso considerable en la elaboración del proyecto eductivo del sexenio.

Con la nueva gobernanza de la escuela, agregaron los especialistas, se abre la puerta no sólo a una mayor participación de las autoridades educativas locales, sino de otros muchos actores y organizaciones. Insistieron en que la educación pública está enfrentando una transformación profunda, a partir de la ola de reconfiguraciones del sistema educativo que impulsa la reforma.

Hay cambios muy fuertes, advirtieron, en la forma de gobierno de la educación, y es clave preguntarnos quién conduce, hacia dónde, y con qué objetivos. Destacaron que los constructores de la reforma, sí conocen la cultura educativa del país, y lo podemos constatar porque los cambios que se están generando pasan por la forma en qué trabajamos en el aula y cómo enseñamos.

La obra, donde se aborda el tema de la reingeniería escolar, la evaluación y las afectaciones de las reformas, así como sus resistencias, entre muchos otros temas, propone, afirmaron los investigadores, una reflexión crítica, pero también busca reconocer que para enfrentar la reforma debemos conocer de qué se tratra, qué propone y cómo pretende alcanzar sus objetivos. Si queremos hacer frente a este proceso, lo primero es conocerlo y enfrentarlo.