Sociedad y Justicia
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Reto del clero, buscar nuevos métodos para difundir el evangelio

Por nulo diálogo y sentirse juzgadas las personas dejaron de ir a los templos
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de agosto de 2017, p. 33

Hay quienes consideran que la gente ha dejado de ir a la iglesia debido a su falta de flexibilidad en algunos temas, como su postura en cuanto a las uniones entre homosexuales, su negativa a ordenar sacerdotisas, o sus principios en materia de sexualidad. No obstante la falta de fieles en los templos puede deberse a otras razones, refiere la arquidiócesis de México.

Mediante la publicación Desde la fe, la instancia religiosa retoma lo expuesto en el libro Por qué ya nadie quiere ir a misa, de los autores Thom y Joani Schultz.

En la obra, los escritores señalan que cuatro razones principales explican la ausencia de gente en los templos: se siente juzgada en la iglesia, piensa que hay imposibilidad de diálogo, tiene el pensamiento de que los cristianos son hipócritas y por la sensación de que Dios está distante.

En el libro, los autores señalan que en la actualidad muchas personas, sobre todo jóvenes, de países con una antigua tradición cristiana, han decidido apartarse de su religión. Para dilucidar el por qué, realizaron una investigación en ambientes católicos y protestantes.

Sobre el punto de que la gente se siente juzgada en las iglesias, refieren que existe una idea preconcebida de quienes se sienten criticados, por lo que puede haber para ello una solución eficaz: insistir en que la Iglesia acoge y acepta a todos como llegan.

Sobre la imposibilidad de diálogo, los consultores en temas religiosos refieren que las personas ahora quieren ser escuchadas, la gente quiere externar sus sentimientos religiosos, formular preguntas, sentirse escuchados, lo cual por supuesto no puede hacerse en una misa. Ante esto, la Iglesia debe esforzarse en ofrecer espacios en los que los feligreses puedan compartir sus opiniones.

Respecto de la idea de que los cristianos son hipócritas, sostienen que para los elevadísimos estándares de los alejados, los cristianos nunca serán suficientemente virtuosos, sin impor- tar cuánto bien hagan. Ante es- to, la estrategia de la Iglesia debe centrarse en hacer hincapié en que ésta no es una casa para perfectos, sino un hospital para enfermos.

Sobre el último aspecto, indican que se debe poner énfasis en la nueva evangelización, es decir aplicar nuevos métodos, lenguaje y ardo" para difundir el evangelio.